2.35. UN DETALLE DEL ÚLTIMO ASEDIO DE
HUESCA (1096) (SIGLO XI. HUESCA)
Es el 12 de mayo y ha comenzado el
asedio de Huesca por Pedro I de Aragón. El gobernador musulmán
oscense ha solicitado refuerzos a al-Mostain de Zaragoza, que no sólo
aporta guerreros moros, sino que ha conseguido la ayuda del conde
García Ordóñez de Nájera. El ejército que acude en ayuda de
al-Mostain es tan numeroso que, al decir de las crónicas, los
primeros musulmanes llegaban a Zuera cuando los últimos todavía
estaban en Altabás, arrabal zaragozano.
Por su parte, en el campo cristiano
había recalado, llegado desde Gascuña, el desterrado Fortún, con
trescientos peones y diez cargas de mazas, que luego serían
decisivas en la batalla.
Los contendientes, por fin, estuvieron
frente a frente. Las fuerzas estaban muy igualadas, contando cada
ejército con unos veinte mil guerreros, según un cronista árabe.
El desenlace de la inminente batalla era, pues, incierto.
Fue entonces cuando —según el mismo
cronista moro— Pedro I envió un espía al campo enemigo para que
indagase el número de guerreros esforzados y de fama con los que contaba
el ejército musulmán y que fuesen reconocidos como tales por los
cristianos por sus proezas. A la vez, debía averiguar cuántos
caudillos aragoneses eran conocidos por los musulmanes y cuántos de
ellos estaban en el campamento cristiano en aquel momento.
Cuando regresó el espía, comunicó al
rey que el número de caballeros sarracenos famosos ascendía a
siete. Así es que hizo contar los hombres cristianos de valor que
estaban en su campamento en aquellos instantes, alcanzando el número
de ocho. La noticia hizo feliz al rey Pedro I, a quien se le oyó
exclamar: «¡Oh, qué día tan fausto»!
El propio cronista musulmán nos relata
el sentido de aquellas palabras, pues era creencia cierta que las
batallas se ganaban no por el número total de contendientes que, por
cierto, era semejante, sino por el número de guerreros
sobresalientes con los que contaba cada ejército, de modo que aquel
que aventajase al otro aunque solamente fuera en uno ganaría la
contienda, como en este caso así sucedió.
[Ubieto, Antonio, Historia de Aragón:
La formación territorial, págs. 122-124.]
http://estudiosmedievales.revistas.csic.es/index.php/estudiosmedievales/article/download/623/634
https://es.wikipedia.org/wiki/Garc%C3%ADa_Ord%C3%B3%C3%B1ez