XII
LA
FONTANELLA.
Oh!
Que bientôt sur mon rivage
On verra luir de beaux
jours!
(Racine – La Nymphe.
Per
los camps y vilatjes
La nova primavera
Se fa senyora de
praderes y horts;
Y arriba á la montanya,
Y hi veu la
fontanella
Qu´arrufada pe´l fret encara dorm.
LA
FUENTECILLA
Por
campos y villorrios, la nueva primavera se enseñorea de los prados y
jardines; y sube á la alta sierra, y ve á la fuentecilla, que,
encogida por el frío, áun está durmiendo.
Ab
veueta amorosa
La tendra Jovensana
Crida á la font, que se
desperta prest;
Y los vels arrecona
Del glaç que l´aturava,
Y
s´en va bulliciosa á n´el verjer.
¡Quín
goig, quína dolcesa
Que té per les campinyes!
Riu ab les
herbes y les altres fonts;
Y mostra ses onetes
Al Sol que s´hi
remira,
Y estremeix les espigues y les flors.
Talment
com la fontana
Freda l´ánima meua
Está d´aquesta vida per
lo gel;
Mes, vindrá l´hora santa
D´eterna Primavera,
Y
alegre, y lliura volará á n´el Cel.
Abril
de 1872.
Con
amorosa voz, la tierna jóven llama á la fuente; ésta luégo
despierta, echa á un lado los velitos de hielo que la detenían, y
corre bulliciosa hacia el verjel.
¡Qué
gozo, qué dulzura siente al atravesar la campiña! Se ríe con las
plantas y las otras fuentes; y enseña sus ondas al sol que se mira
en ellas, y sacude las espigas y las flores.
Como
la fuentecilla, mi alma está yerta por el frío de la vida mortal;
pero llegará el inefable instante de la eterna Primavera; y alegre,
y libre volaré á los cielos.