Tras la reconquista de Teruel, en el
último tercio del siglo XII, fueron cayendo en manos del ejército
aragonés algunas plazas del sur de la actual provincia de Teruel,
cual era el caso de Rubielos, custodiada, según narra la leyenda,
por el caballero cristiano don Alonso de Rubielos, capitán que había
intentado sin éxito la toma de la cercana población de Mora,
todavía en manos musulmanas, y a cuyo frente estaba la joven y bella
princesa moraFátima.
En períodos de tregua, en ambos bandos
era costumbre de la época organizar torneos y justas, en los que
rivalizaban los mejores caballeros del momento, tanto en el manejo de
las armas como en el dominio de los corceles.
A punto de florecer la primavera, se
convocó uno de estos torneos en la población musulmana de Mora, de
manera que fueron acudiendo de todo
el mundo islámicojinetes sarracenos
acompañados por numerosas escoltas y fastuosas comitivas. Al llegar
el día señalado, comenzó el torneo que fue muy competido. Alcanzó
la victoria un enigmático caballero, que había llegado solo y
ocultaba su rostro bajo una impenetrable celada. Uno tras otro fue
doblegando a todos sus rivales, mereciendo, por lo tanto, el trofeo
convenido.
Cuando se descubrió la identidad del
enigmático caballero vencedor, resultó ser don Alonso, señor de
Rubielos, enamorado en secreto de la princesa mora. En la palestra y
las gradas cundió el desconcierto. La intrepidez y el modo de actuar
del jinete cristiano, tan solitario entre todos los musulmanes,
motivó que Fátima, señora de Mora, se enamorara también
rápidamente de él.
Desde este momento, se multiplicaron
los inconvenientes y problemas. No obstante, la distinta religión y
costumbres de los enamorados no fueron obstáculo para que, poco
después, Fátima y Alonso contrajeran matrimonio, no sin antes haber
aceptado éste las condiciones impuestas por los moros notables de
Mora, celosos de su independencia, quienes, antes de aceptarlo como a
su señor, exigieron a don Alonso que nombrase a Fátima como señora
de Rubielos, de forma que ambas poblaciones y dominios —Mora y
Rubielos— dependiesen de ambos por igual.
A partir de ese momento, comenzaron a
denominarse Mora de Rubielos y Rubielos de Mora.
Mora de Rubielos es una localidad y municipio capital de la comarca Gúdar-Javalambre en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España. Tiene un área de 166,20 km² con una población de 1.574 habitantes (INE 2016) y una densidad de 9,47 hab/km².
Tras más de cuatro siglos de espera,
el rey aragonés Alfonso I el Batallador acababa de reconquistar para
los cristianos la ciudad de Zaragoza, que era la llave de todo el
valle del Ebro. No obstante, su posesión todavía no estaba
asegurada, pues cabía pensar una lógica reacción de los
almorávides que, en efecto, no se dilató mucho, tras reunir un
importante contingente de hombres y animales en al-Andalus.
Alertado del imponente ejército
almorávide que se avecinaba desde Levante, el rey Alfonso I preparó
de manera concienzuda la batalla que se presumía definitiva, de modo
que ordenó a sus vigías y ojeadores que localizaran posibles
escenarios favorables. Luego, en su tienda de campaña, rodeado por
todos sus capitanes, el rey eligió de entre los lugares
seleccionados una cañada —un valle estrecho pero poco empinado—
que estaba cerca de la población de Cutanda, zona muy apropiada para
poner tropas en celada, es decir, ocultas y amparadas por el terreno.
Una vez que se aseguró de que no había
espías enemigos que pudieran descubrir su táctica, dirigió y
concentró en la cañada elegida a sus huestes, ordenando destacar en
dirección a la marcha de los almorávides algunas partidas poco
numerosas de hombres armados. Cuando estos grupos fueron avistados
por los moros, simularon que rehuían la lucha por miedo, y fueron
retrocediendo hacia la «cañada de la celada».
Al-Tamín, el jefe almorávide, se cebó
en aquellas partidas a las que trató de perseguir y, sin darse
cuenta de la estratagema del Batallador, se encontró con la sorpresa
que ni esperaba ni deseaba. La celada urdida en la cañada había
dado su fruto y el lugar quedó sembrado de cadáveres, restos de los
cuales se pueden descubrir todavía hoy.
Aparte del significado moral y de las
consecuencias que la victoria tuvo para la seguridad de las tierras
que Alfonso I había reconquistado, incluida Zaragoza, el botín
tomado al enemigo fue impresionante, destacando más de dos mil
camellos.
Cutanda es una localidad española perteneciente al municipio de Calamocha, en el Jiloca, provincia de Teruel, Aragón. Está situada a 1059 msnm y a una distancia de 83 km de Teruel. Su población era de 187 habitantes en el censo de 1990, 76 en el 2011.
Solo pasa un río cerca de este municipio en época de lluvias o cuando hay riadas (por lo general su cauce sirve de sendero), por lo tanto el cultivo de secanoes su principal fuente de ingresos. De esta localidad era originario el edil del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA. Su padre era natural de Cutanda.
Cutanda se encuentra a 14 km al levante de Calamocha, y su castillo, conocido por la victoria de Alfonso I (1120), estuvo bajo varios tenentesy perteneció a aquella marca que gobernaban los señores de Belchite. A fines del siglo XIII se inició el señorío de la mitra de Zaragoza, que duró siglos. El castillo fue atacado por los castellanosen 1445, y todavía estaba en servicio en 1839, aunque no lo asaltaron los carlistas, pero se derruyó después de la segunda guerra carlista. Sus ruinas yacen sobre un otero próximo al pueblo y se reducen a un muro de 12 metros de longitud y 2 de espesor, recubierto de sillería, en cuya cara interna conserva restos de una bóveda de crucería, y sería la capilla o una sala, al parecer, de buena arquitectura. Andrés y Valero cita obras realizadas en 1243, 1500 y 1554, éstas, según el manuscrito de Espés, se referían a terminar aposentos, escalera, chimenea, etc. Los arzobisposlo destinaban a cárcely depósito de cobros. Sería pues, una de las muchas obras que acometió el arzobispo Hernando de Aragón.
A diferencia de otros lugares de alrededor, la villa de Cutanda no formó parte de la Comunidad de Daroca.
La Batalla de Cutanda:
Tras la conquista de Zaragoza (por parte de Alfonso I), los Almorávidesal mando de Ibrahim ibn Yuüsuf organizaron un gran ejército que frenara los avances de Alfonso I. La batalla favorable al rey aragonés (ayudado por Guillermo IX, duque de Aquitania), se dio el 17 de junio de 1120 en los campos de Cutanda, cerca de Calamocha. Así pudo el batallador consolidar sus conquistas, ocupando Calatayud, Daroca, alto Jalón y la orilla derecha del Ebro.
Nació en 1071, hijo de Guillermo VIII de Aquitania y de su tercera esposa, Audéarde de Borgoña, hija del duque Roberto I de Borgoña. Cuando falleció su padre en 1086, heredó unos dominios más extensos que los del propio rey de Francia, de quien era nominalmente vasallo. En los años 1101 y 1102, participó tardíamente en la primera cruzada tras la caída de Jerusalén. Sostuvo varias guerras contra los condes de Tolosa. Fue excomulgado en dos ocasiones, una de ellas por abandonar a su esposa legítima y arrebatarle a la fuerza la mujer a su vasallo el vizconde de Châtellerault. Entre 1120 y 1123 combatió junto a Alfonso I el Batallador, su concuñado, para intentar arrebatar a los musulmanes el reino de Valencia.
La vinculación de Guillermo el Trovador y Alfonso el Batallador es doble. De una parte, Inés de Aquitania —hermana de Guillermo el Trovador— casó con Pedro I de Aragón, el cual falleció sin descendencia masculina, heredando sus reinos su hermano Alfonso el Batallador. De otra, porque a la muerte del Batallador, que falleció sin descendencia, heredó sus reinos su hermano Ramiro II el Monje, el cual casó con Inés de Poitou, hija de Guillermo el Trovador. De ahí que el Trovador resultara cuñado de Pedro I de Aragón y concuñado de sus hermanos, Alfonso el Batallador y Ramiro el Monje.
De su matrimonio con Felipa de Tolosa tuvo los siguientes hijos:
Inés de Poitou (c. 1105-c. 1159), esposa de Aimar de Thouars y de Ramiro II de Aragón; Guillermo X de Poitiers (1099-1137), último duque de Aquitania; Raimundo de Poitiers (c. 1115-1149), por su matrimonio con Constanza, príncipe consorte de Antioquía.
Guillermo de Poitiers es el primer poeta de nombre conocido en las literaturas románicas. Se conservan 11 poemas suyos, en que la temática amorosa es tratada a veces con gran crudeza: se autodenominaba «trichador de dòmnas», alardeaba de sus proezas sexuales y muchos de sus poemas están dedicados a su amante, Maubergeonne, a la que llama la Peligrosa. En otra composición, pide a sus caballeros que le ayuden a escoger caballo:
Caballeros, aconsejadme en esta duda:
—nunca escoger me fue tan difícil—:
No sé si quedarme con [la dama] Agnes o con [la dama] Arsen.
En la dolsó del nou tems lo bosque se cubrix de fulles y piulen los muixons, canten cadaú en lo seu latín segons lo vers del nou can: aixina que está be que chalem en lo que mes mos agrade.
Acogió en su corte al bardo galés Blédri ap Davidor, quien introdujo en las literaturas románicas la leyenda celta de Tristán e Isolda.