7.4. LOS PORTENTOS
298. LA JUSTICIA DEL OBISPO BENCIO
(SIGLO VIII. BONO)
El obispo de Zaragoza, Bencio, instado
por sus fieles había huido a las montañas ribagorzanas antes de que
la ciudad fuera conquistada por los musulmanes. Con él se había
llevado los principales bienes muebles y ornamentos sagrados de la
diócesis, con la esperanza de que llegarían mejores y más
sosegados tiempos para regresar.
Ya en tierras de Ribagorza, llevó a
cabo Bencio una intensa actividad pastoral y política, puesto que
fue partícipe principal de la resistencia que se inició en aquellas
tierras contra los moros. Él encabezó precisamente la delegación
cristiana que atravesó al otro lado de los Pirineos para solicitar
ayuda militar y humana al rey de los francos.
La comunicación con las gentes del
país vecino fue frecuente y es en el transcurso de uno de esos
viajes de Bencio a Francia cuando sucedió la siguiente escena. Fue
en el momento de atravesar la montaña que separa Ribagorza del valle
de Arán, la llamada —en virtud precisamente de este hecho— la
Maladeta o, lo que es lo mismo, la Maldita.
Se hallaba todavía el obispo en el
lado ribagorzano, aunque no lejos de la cumbre, cuando se encontró
con un rebaño y su pastor. Éste, sin venir a cuento y sin haber
mediado ninguna palabra previa, motejó e incluso amenazó al
religioso que no sabía qué hacer ante aquella actitud, excepto
pasar de largo. Una pastora que se encontraba próxima al lugar de la
escena al cuidado de otro rebaño, viendo el desprecio y la vejación
de que era objeto Bencio se acercó a él para socorrerle, ayuda que
agradeció enormemente éste.
Habían transcurrido sólo unos
instantes cuando el sacerdote, que estaba muy enfadado por lo
sucedido, avisó a la pastora del castigo que iba a imponer a aquel
desalmado y le pidió que se retirara un tanto valle abajo con sus
animales. Lo hizo así la zagala e inmediatamente se oyó un enorme
estruendo, momento en el que el pastor y sus reses quedaron todos
petrificados, tal como todavía se les puede ver hoy.
[Moner, Joaquín M., Historia de
Ribagorza, II, págs. 170-171.]
http://www.piedras-sagradas.es/rebanos-petrificados-de-la-maladeta-benasque/