125. JAIME I IMPONE SU AUTORIDAD ANTE
PEDRO AHONES
(SIGLO XIII. DAROCA)
Jaime I apenas había cumplido los
diecisiete años y era ya de ánimo tan esforzado y noble como alto
de porte pues, como dicen sus cronistas, era un palmo más alto que
los demás hombres. El valor y entereza que le habrían de
caracterizar durante toda su vida se pusieron de manifiesto, a pesar
de su corta edad, con motivo del enfrentamiento que sostuvo con don
Pedro Ahones.
En efecto, Jaime I había citado en
Teruel a todos los ricos hombres de su reino, con la pretensión de
organizar una cabalgada a tierras de los moros levantinos, pero lo
cierto es que no llegó ninguno a pesar de estar esperándoles
durante tres semanas. Por el contrario, quien llegó fue una embajada
del rey moro de Valencia, Zeyt Abuzeyt, que le solicitaba una tregua
a cambio del pago de un tributo. Jaime I, con gran disgusto, pero
ante la realidad de los hechos, pactó con el moro y decidió
regresar a Zaragoza.
En el camino de vuelta, a la altura de
Calamocha, tropezó con don Pedro Ahones —hermano del obispo de
Zaragoza— y sus hombres, considerado el cabecilla del
enfrentamiento nobiliario contra el rey, que pretendía ir a tierra
de los moros levantinos por su cuenta. Le pidió el monarca que
regresara con él pues precisaba hablarle junto con los demás nobles
del reino, pero apenas consiguió que llegara a Burbáguena.
Reconvino el rey a Pedro Ahones por su
actitud y le prohibió ir contra Valencia, puesto que ello
significaría la ruptura de la tregua firmada con Zeyt Abuzeyt. El
noble le contestó que había invertido mucho dinero en preparar la
expedición y que no estaba dispuesto a obedecerle, lo cual obligó a
Jaime I a arrestarle. Pero Pedro Ahones desafió al rey, llegando a
luchar cuerpo a cuerpo, hasta que el sublevado logró escapar para ir
a refugiarse al castillo de Cutanda.
Le persiguió Jaime I llegando a
entablar batalla. Y antes de que el rey lo pudiera remediar, don Pedro Ahones fue herido de muerte por Martín Pérez de Luna. Don
Jaime I, viendo que Pedro Ahones moría, no pudo contener las
lágrimas. Pusieron al herido en un caballo, pero antes de llegar a
Burbáguena murió. El rey lo hizo llevar a Daroca, donde le dio
sepultura, con gran solemnidad, en la iglesia de Santa María la
Mayor, bajo un epitafio que decía y dice: «Aquí yace D. Pedro
Ahones. Año 1225».
[Beltrán, José, «Muerte trágica de
D. Pedro Ahones», en Tradiciones y leyendas de Daroca].
Pedro de Ahonés (? - Burbáguena , 1226) fue un caballero aragonés del linaje de los Ahonés. Conjuntamente con su hermano, el obispo Sancho de Ahonés y el también caballero Pelegrín de Ahonés, dominaban el Sobrarbe, Bolea y Loarre, que le había sido empeñado por el rey Pedro II de Aragón; asimismo, también tenía Tauste, cedido por Jaime I de Aragón. Fue servidor del rey Pedro II de Aragón y defensor de su hijo Jaime I de Aragón durante la minoría de edad de este. Posteriormente participó en las revueltas nobiliarias contra Jaime I de Aragón y fue muerto por los caballeros del rey durante una discusión con el rey. Su muerte originó la tercera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón.
Sus orígenes son desconocidos, y Jerónimo Zurita indica que fue criado en la corte del rey Pedro II de Aragón. Su hermanos eran el obispo de Zaragoza Sancho de Ahonés, y el caballero Pelegrín de Ahonés.
Servidor del rey Pedro II de Aragón, lo acompañó a la batalla de Las Navas de Tolosa. Tras la muerte del rey en la batalla de Muret, fue uno de los elegidos como embajador en Roma para pedir al papa Inocencio III la restitución del infante Jaime (el futuro rey Jaime I de Aragón), que entonces se encontraba en manos del conde Simón IV de Montfort.
En 1216 fue designado consejero de la Procuraduría y en 1217 participó en la conjura de Monzón para sacar el infante Jaime del castillo de Monzón. El 1218 fue nombrado consejero real de Jaime I y designado Mayordomo del Reino de Aragón sucediendo a su hermano Pelegrín de Ahones . Continuó sirviendo fielmente al rey durante la primera revuelta nobiliaria así como en la guerra entre Guillem de Montcada y Nuno Sanç de Aragón. Pero en 1224, durante la segunda revuelta nobiliaria traicionó la fidelidad al rey y se pasó al bando de los opositores. Terminada la segunda revuelta y liberado el rey, el año 1225 fue uno de los nobles que le acompañó al asedio de Peñíscola. El sitio no fue exitoso, pero el rey firmó una tregua con los sarracenos que garantizaba la paz pero que al mismo tiempo impedía cualquier expansión territorial hacia el sur.
En 1226, Pero de Ahones tuvo la intención de desacatar la orden del rey de respetar la tregua, pero el rey la interceptó antes de que iniciara la expedición. En medio de una fuerte discusión, acabó por batirse cuerpo a cuerpo con el rey, que le intimó a rendirse; pero pudo escapar y los caballeros del rey iniciaron una persecución, lo alcanzaron e hirieron mortalmente. Mientras lo trasladaban a Burbáguena para curar las heridas, murió. Su muerte a manos del rey fue la causa que desencadenó la tercera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón.