7 DE ENERO.
Presentáronse a los
Diputados y Consejo el noble don Francisco de Pinós, mosen Bernardo
Fivaller y mosen Bernardo Çapila, caballeros, embajadores enviados
de parte de la señora Reina, quienes hicieron las dos siguientes
proposiciones :
- 1.a Que la señora Reina les suplicaba tomasen
a su cargo el negocio de los oficiales, por ser muy necesaria su
resolución, quedando concedido lo que habían solicitado.
- 2.a
Que dicha señora se proponía hacer convocación de la gente del
Principado para jurar al Infante D. Fernando, como a Primogénito
etc. A cuyo objeto, presentaron dichos embajadores la credencial de
la señora Reina, que si bien está indicada, pero dejó de copiarse
en el registro.
Habiendo contestado a los Embajadores, que hasta
la sesión próxima no se deliberaría, se despidieron aquellos; y
acto continuo se acordó que, para la declaración de oficiales
sospechosos, se emplease el medio de votación secreta, valiéndose a
este objeto de habas blancas y habas negras, que depositarían los
votantes en dos cajas diferentes; y pasando a la votación del
arzobispo de Tarragona, para el oficio de canciller, con la idea de
experimentar el resultado de esta práctica, se hizo escrutinio, y se
encontró el número regular de votos (contando entre estos los que
lo habían emitido doble, esto es, como particulares y como
representantes de universidades,) con lo que se dio por admitido y no
odioso el referido arzobispo para el cargo designado.