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lunes, 20 de mayo de 2019

ALONSO DE RUBIELOS, FÁTIMA DE MORA


2.73. MATRIMONIO DE ALONSO DE RUBIELOS Y FÁTIMA DE MORA
(SIGLO XII. RUBIELOS DE MORA)

MATRIMONIO DE ALONSO DE RUBIELOS Y FÁTIMA DE MORA  (SIGLO XII. RUBIELOS DE MORA)


Tras la reconquista de Teruel, en el último tercio del siglo XII, fueron cayendo en manos del ejército aragonés algunas plazas del sur de la actual provincia de Teruel, cual era el caso de Rubielos, custodiada, según narra la leyenda, por el caballero cristiano don Alonso de Rubielos, capitán que había intentado sin éxito la toma de la cercana población de Mora, todavía en manos musulmanas, y a cuyo frente estaba la joven y bella princesa mora Fátima.
En períodos de tregua, en ambos bandos era costumbre de la época organizar torneos y justas, en los que rivalizaban los mejores caballeros del momento, tanto en el manejo de las armas como en el dominio de los corceles.
A punto de florecer la primavera, se convocó uno de estos torneos en la población musulmana de Mora, de manera que fueron acudiendo de todo
el mundo islámico jinetes sarracenos acompañados por numerosas escoltas y fastuosas comitivas. Al llegar el día señalado, comenzó el torneo que fue muy competido. Alcanzó la victoria un enigmático caballero, que había llegado solo y ocultaba su rostro bajo una impenetrable celada. Uno tras otro fue doblegando a todos sus rivales, mereciendo, por lo tanto, el trofeo convenido.
Cuando se descubrió la identidad del enigmático caballero vencedor, resultó ser don Alonso, señor de Rubielos, enamorado en secreto de la princesa mora. En la palestra y las gradas cundió el desconcierto. La intrepidez y el modo de actuar del jinete cristiano, tan solitario entre todos los musulmanes, motivó que Fátima, señora de Mora, se enamorara también rápidamente de él.
Desde este momento, se multiplicaron los inconvenientes y problemas. No obstante, la distinta religión y costumbres de los enamorados no fueron obstáculo para que, poco después, Fátima y Alonso contrajeran matrimonio, no sin antes haber aceptado éste las condiciones impuestas por los moros notables de Mora, celosos de su independencia, quienes, antes de aceptarlo como a su señor, exigieron a don Alonso que nombrase a Fátima como señora de Rubielos, de forma que ambas poblaciones y dominios —Mora y Rubielos— dependiesen de ambos por igual.
A partir de ese momento, comenzaron a denominarse Mora de Rubielos y Rubielos de Mora.
[Recogida oralmente.]



https://es.wikipedia.org/wiki/Rubielos_de_Mora

Rubielos de Mora es una localidad y municipio de la comarca de Gúdar-Javalambre en la provincia de Teruel (comunidad de Aragón, España). Su población es de 687 habitantes (INE 2014).

https://es.wikipedia.org/wiki/Mora_de_Rubielos

Mora de Rubielos




Mora de Rubielos es una localidad y municipio capital de la comarca Gúdar-Javalambre en la provincia de Teruel, en la Comunidad Autónoma de Aragón, España. Tiene un área de 166,20 km² con una población de 1.574 habitantes (INE 2016) y una densidad de 9,47 hab/km².


viernes, 3 de mayo de 2019

PEDRO I DE ARAGÓN LUCHA CONTRA EL CID CAMPEADOR


2.39. PEDRO I DE ARAGÓN LUCHA CONTRA EL CID (SIGLO XI. PERALTA)

Después de haber cometido verdaderos estragos a los moros levantinos en la comarca de Onda y Almenar y soportada una larga y fatigosa cabalgada de varias jornadas, llegó el Cid Campeador con sus hombres a las puertas de la musulmana ciudad de Zaragoza. Tal como era habitual, el guerrero castellano fue huésped en el palacio del rey moro de la Aljafería, donde recuperó fuerzas y recompuso su hueste.

PEDRO I DE ARAGÓN LUCHA CONTRA EL CID CAMPEADOR

Tras descansar unos días en la ciudad del Ebro, partió de nuevo con sus hombres en dirección a Huesca, primero, y más tarde hacia Monzón. Los vigías de Pedro I pusieron al monarca aragonés al corriente de las andanzas del Cid, de modo que, sabiendo que se acercaba, se aproximó con sus caballeros hasta Piedra Alta, donde decidió elegir un paraje adecuado y plantó sus tiendas de campaña para esperarle.
Llegado el Cid a Monzón, determinó pasar allí unos días, uno de los cuales salió a recorrer la comarca acompañado por doce caballeros de su confianza
«a holgarse por el campo,
armados de buena guisa»,
o sea, a divertirse un poco con un simple ejercicio. Enterados los aragoneses a través de su red de espías de los movimientos de esta partida, les salieron al paso desde su improvisado campamento con ciento cincuenta guerreros, entablando un lucha desigual contra el Cid y sus hombres, en una especie de improvisada justa o torneo, pues, de común acuerdo, decidieron luchar uno contra uno sucesivamente.
A pesar de ser muchos menos en número, el grupo del Cid venció a los caballeros aragoneses, apresando a siete de ellos con sus caballos y armas, mientras los demás huían temerosos del campo de batalla. Las horas que siguieron a la refriega fueron tensas, pero, tras suplicar los vencidos clemencia al Campeador para que los dejara en libertad, don Rodrigo,
«como es muy honrado»,
dice el legendario romance, accedió a su petición.
[Gella, José, Romancero Aragonés, págs. 53-55.]




Et él después que ovo leídas las cartas, como quier que ende oviese gran pesar, non quiso ý ál fazer, ca non avié plazo más de nueve días en que saliese. Enbió por sus parientes e por sus vasallos, e díxoles cómo el rey le mandava salir de su tierra e que non le dava de plazo más de nueve días, e que querié saber d’ellos cuáles querién ir con él o cuáles fincar. Minaya Álvar Fáñez le dixo: “Cid, todos iremos convusco e servos hemos leales vasallos”. Todos los otros dixieron otrosí que irién con él donde quier que él fuese, e que se non quitarién d’él nin le desamparién por ninguna guisa. El Cid gradeciógelo estonces mucho, e díxoles que si Dios le bien feziese, que gelo galardonarié muy bien. Otro día salió el Cid de Bivar con toda su compaña