8.5. ARAGONESES CON PERSONALIDAD
354. JUAN FERNÁNDEZ DE HEREDIA LUCHA
CONTRA LOS TURCOS
(SIGLO XIV. MUNÉBREGA)
El Gran Maestre de la Orden de Malta,
Juan Fernández de Heredia, había nacido en Munébrega, donde dejó
familia y multitud de recuerdos y vivencias. La fama alcanzada tanto
por sus actuaciones político-militares como por su intensa actividad
literaria —puesto que pasa por ser uno de los iniciadores del
Humanismo— no le hicieron olvidar nunca su cuna, como lo demuestra
el siguiente hecho, adornado por la leyenda.
En su constante lucha por liberar los
Santos Lugares, don Juan —al lado de los caballeros cruzados de su
Orden— entró en batalla en varias ocasiones y lugares contra los
infieles, en una de las cuales le vemos enfrentarse bravamente a los
turcos a los que tomaron por las armas, tras ardua y dura batalla,
una de sus mejores naves.
Junto con el enorme y rico botín
capturado y, con gran sorpresa por parte de los vencedores, hallaron
en la nave apresada una hermosa imagen de la Virgen. Ciertamente no
se sabe si los turcos la habían robado en algún poblado, fruto de
alguna de sus muchas correrías, o si pudo pertenecer a un cristiano
que cayó cautivo en sus manos, pero lo cierto es que allí estaba la
imagen, en las bodegas de la nave, entre el resto del equipaje.
Como eran cuatro los caballeros
cristianos que se la disputaban, y no sabiendo cómo solucionar el
dilema, pues ninguno de ellos cejaba en su intención de poseerla,
apelaron a la suerte, de modo que decidieron sortearla entre todos.
La fortuna se puso del lado de Juan Fernández de Heredia, que se
sintió gozoso y feliz al verse dueño de imagen tan bella.
La guardó con gran esmero y cariño,
llevándola siempre entre sus pertenencias personales, pero, en la
primera ocasión que tuvo, don Juan la llevó consigo a su pueblo
natal, Munébrega, depositándola en una ermita dedicada a san
Julián, cercana a la villa, oratorio que pocos años antes había
costeado y mandado construir una hija del Gran Maestre.
Como desconocían su verdadero nombre,
dieron en llamarla Nuestra Señora del Mar, por haber sido rescatada
en el mar bravío.
[Faci, Roque A., Aragón..., I, págs.
446-447.]