338. SAN SEBASTIÁN DETIENE LA PESTE EN
AZANUY
(SIGLO XIV. AZANUY)
Es históricamente cierto que, a
finales del siglo XV, Azanuy perdió una tercera parte de sus
habitantes respecto a comienzos de la centuria, pero esta no era la
primera vez que la epidemia llegaba al pueblo. En el siglo XIV, una centuria negra para la población
europea, la macabra visita fue sistemática, produciéndose múltiples
escenas desgarradoras y mortandades masivas, como en tantos otros
lugares de Aragón.
Los conocimientos médicos y los medios
farmacéuticos del momento eran escasos para tratar de hacer frente a
la terrible enfermedad, de modo que, ante la impotencia humana, a las
gentes sólo les quedaba el recurso de aclamarse al cielo, buscando
siempre para ello a un intermediario, santo o santa, que intercediera
en su nombre, generalmente el patrón o patrona del lugar, algunos de
los cuales estaban especializados en determinados males o
catástrofes, como son los casos de san Roque, san Sebastián, san
Jorge o santa Águeda, por ejemplo.
En esta ocasión, cuando la peste
bubónica dio el primer aviso en el pueblo próximo, cundió la
alarma en Azanuy, de modo que se cerraron las puertas de la población
a los extraños, se limpió bien la fuente, se quemaron ropas y se
destruyeron alimentos. Pero también tomaron la determinación de
encomendarse a san Sebastián, pues les constaba que en otras aldeas
había actuado como un auténtico talismán. Y como señal visible de
la elección que había acordado, labraron un «pilaret» y lo
colocaron frente a la principal puerta de entrada.
La espera se hizo tensa y expectante.
Los días pasaron lentos y ningún vecino presentó síntomas de la
enfermedad, no obstante, decidieron seguir aislados del resto de los
pueblos circundantes por un tiempo, hasta que unos labradores de la
cercana almunia de Abín Ferruz, que fueron a visitar a unos
parientes suyos, les hicieron saber que el peligro había pasado.
Naturalmente, desde ese instante san
Sebastián se convirtió en uno de los santos intermediarios
favoritos de los habitantes de Azanuy.
[Recogida oralmente.]