341. FUENTES DE EBRO SALVADA DE LA
PLAGA DE LA LANGOSTA
(SIGLO XV. FUENTES DE EBRO)
A través de la leyenda, conocido es el
éxodo que los mozárabes de Sarakusta tuvieron que sufrir en un
momento determinado de la dominación mora de la ciudad, dando origen
al nacimiento de El Burgo de Ebro. También es sabido cómo la imagen
de la Virgen por la que sentían especial predilección —cuya
capilla estaba situada junto a la iglesia de San Miguel— decidió
marcharse tras ellos, apareciéndose a un pastor. Para mejor
guarecerla, se le construyó una ermita y pasó a ser conocida como
Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja.
Pues bien, en cierta ocasión, en torno
al año 1421, todo el término municipal de Fuentes de Ebro se vio
invadido por una terrible plaga de langosta que cubrió toda la
huerta y los campos de secano, de manera que todo cuanto alcanzaban a
ver los ojos aparecía como teñido de un color parduzco, pues no se
veía la tierra.
Ante el desastre —que pronto se
convertiría en hambruna— que la plaga suponía, y no habiendo
entonces remedio material ni humano para luchar contra una invasión
tal de insectos tan voraces, los habitantes clamaron al cielo,
buscando para ello la intercesión de Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja, a la que llevaron
desde El Burgo de Ebro hasta Fuentes en solemne procesión. Una vez
acondicionada la imagen en la parroquia, los atribulados labradores
celebraron grandes y hermosos cultos religiosos hasta componer una
novena, pero, no obstante, la plaga persistía.
Por fin, finalizó la rogativa sin
aparente resultado y, vencidos por la desgracia, decidieron devolver
la imagen de la Virgen a su ermita de El Burgo, aviando las
caballerías y el carro para llevarla. Pero, cuando desesperanzados
estaban en estos menesteres, pudieron observar cómo de repente las
langostas, levantando del suelo con un ruido ensordecedor, cubrieron
repentinamente el cielo hasta ocultar por completo el sol, como si de
una nube inmensa se tratara. Al poco rato desaparecieron como por
arte de magia. Habían ido a ahogarse al río Ebro que corre cercano.
El retorno de la imagen de Nuestra
Señora de Zaragoza la Vieja a su ermita de El Burgo de Ebro fue
triunfal.
[Azagra, Víctor, Cosas nuevas de la
Zaragoza vieja, I, pág. 28.]