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domingo, 28 de junio de 2020

335. SAN SEBASTIÁN LIBRÓ DE LA LEPRA A FAYÓN

335. SAN SEBASTIÁN LIBRÓ DE LA LEPRA A FAYÓN
(SIGLO XIV. FAYÓN)

335. SAN SEBASTIÁN LIBRÓ DE LA LEPRA A FAYÓN  (SIGLO XIV. FAYÓN)


Hacía un frío helador, cortante, y era de noche. Nadie salía de su casa y las calles de Fayón estaban totalmente desiertas. No obstante, quienes vivían en los aledaños de una de las entradas al pueblo pudieron oír acercarse, andando muy lentamente, una vieja y achacosa cabalgadura sobre la que destacaba la silueta encorvada de un jinete.

La mula camina cansinamente y, de cuando en cuando, se para. Se encuentra al límite de sus fuerzas. Al pasar por la calle del Arrabal, el animal resbala, se golpea la testa contra una roca y muere en el acto. Entre el ruido de la caída y los gritos del jinete, los vecinos cercanos se despiertan y salen a la calle.
Una de las familias, la del tío Quelo, movida por la caridad, recoge al lacerado viajero y lo lleva a su domicilio. Lo conducen a la cama de la alcoba del fondo y, entre los lamentos del herido, le quitan la capa que cubre su cuerpo. Cuando queda en mangas de camisa, descubren con auténtico horror que el forastero tiene lepra.

La familia entera discute qué hacer. Sus componentes pugnan entre entregarlo a las autoridades o callar. Si no lo entregan, temen ser causantes de la propagación de la enfermedad en el pueblo; si lo entregan, el enfermo morirá casi seguro.

Deciden al fin callar y, confiados en la fe que le profesan, se encomiendan a san Sebastián, patrono del pueblo. Le prometen que, si no se contagian, todos los años para su festividad amasarán tortas y, tras bendecirlas, serán repartidas entre sus convecinos.

El milagro se hizo, pues, pasado un cierto tiempo, el jinete no sólo se repuso de las heridas que la caída le había producido, sino que la terrible lepra desapareció de su cuerpo.

Naturalmente la familia del tío Quelo cumplió su promesa.

[Aldea Gimeno, Santiago, «Cuentos...», CEC, VII (1982), 62-63.]
[Es cierto que todos los años, para la festividad de san Sebastián, es costumbre amasar tortas, bendecirlas y repartirlas en la plaza.]

Versió en chapurriau


viernes, 28 de junio de 2019

LA PRESA DE ALMONACID (SIGLO XIII. ALMONACID DE LA CUBA)


2.86. LA PRESA DE ALMONACID (SIGLO XIII. ALMONACID DE LA CUBA)

LA PRESA DE ALMONACID (SIGLO XIII. ALMONACID DE LA CUBA)
Imagen de J. Lozano Allueva, Wikipedia

En un pequeño y caprichoso río que recorre las tierras resecas de Almonacid de la Cuba, el pasado nos ha dejado una de las obras más importantes de la ingeniería antigua, sin duda de época romana. Sin embargo, la leyenda retrasa a pleno siglo XIII su construcción.
El río Aguasvivas es generalmente tan magro en caudal como temible cuando sus aguas se desbordan rumorosas en las épocas de lluvia o tras una tormenta de verano. Y así ha sido ahora y siempre, incluso en los tiempos en que era rey de Aragón don Jaime I el Conquistador, quien, según la leyenda, mandó construir a sus expensas la presa de cien varas de largo por diez de espesor que todavía vemos y nos asombra hoy.

Cómo lograron los vecinos de Almonacid convencer al rey para que realizara precisamente allí esfuerzo tan considerable es cosa poco probada, pero tiene que ver, sin duda alguna, con la ayuda que aquéllos y los vecinos de Belchite prestaron a don Jaime I el Conquistador en sus mil batallas y andanzas por tierras levantinas. Si unos precisaban la presa para preservar su huerta y sus campos de las avenidas devastadoras, los otros la necesitaban para poder elevar el nivel del agua y dar nacimiento a la acequia vivificadora que asegurara sus cosechas en la buena tierra reseca de su llanada.
Lo cierto es que precisado el rey de brazos armados para asegurar la huerta valenciana que había conquistado, convocó hueste y prometió recompensas a quienes le ayudaran. Señores y municipios enviaron caballeros y peones, yendo los más por conseguir tierras en tan feraz región. Pero los hombres de Almonacid y Belchite —cuya tradición de excelentes guerreros se remontaba a la época en la que se constituyera allí un siglo antes la famosa cofradía de Belchite— sólo accedieron a colaborar ante la promesa real de construir una presa para sujetar y dominar al río Aguasvivas.
La ayuda de la partida mixta organizada fue tan importante y decisiva en la batalla que el monarca decidió cumplir con la palabra que había empeñado, destinando a la construcción del ingenio una buena parte del botín capturado a los moros valencianos.

[Tradición recogida oralmente.]






WIKI:

Almonacid de la Cuba es una localidad y municipio de la provincia de Zaragoza, en Aragón, España. Está situado en la comarca del Campo de Belchite. Tiene una población de 252 habitantes (INE 2012).


Al sureste de la provincia de Zaragoza. Se accede desde la capital por la carretera N-232, con desvío, pasando El Burgo de Ebro, a la carretera. C-222, y nuevo desvío al SO de Belchite por una carretera local.

El término municipal cubre una superficie de 55,2 km². Está a una distancia de 55 km de Zaragoza. Situado a una altitud de 488 m.

Escudo:

Cuadrilongo de base circular, que trae, de azul, una perla de oro, acompañada en el jefe de un monograma A-M de oro, y en los flancos de una lanza de plata a la diestra y una espada de lo mismo a la siniestra, al timbre, Corona Real cerrada

Cuadrilongo de base circular, que trae, de azul, una perla de oro, acompañada en el jefe de un monograma A-M de oro, y en los flancos de una lanza de plata a la diestra y una espada de lo mismo a la siniestra, al timbre, Corona Real cerrada.

Bandera: Paño azul, de proporción 2/3, con perla horizontal amarilla.

https://es.wikipedia.org/wiki/Almonacid_de_la_Cuba#/media/Archivo:Almonacid_de_la_Cuba_Spain.svg

SAN JORGE: 23 de abril. La romería se celebra el último fin de semana de mayo (Tradicionalmente, se celebraba el martes de pentecostés)
SAN ROQUE: 16 de agosto (Fiestas Patronales)
NATIVIDAD DE MARIA: 8 de septiembre. (Fiestas de la Virgen De Las Prioras), se celebra en la Ermita de los Dolores.
FERIA ROMANA: Mediados de junio.

Iglesia de Santa María la mayor.
Ermita de la Virgen de los Dolores.
Ermita de la Virgen de las Nieves.
Ermita de San Jorge.



  • Alvaro Zamora, María Isabel; Ibáñez Fernández, Javier. (Coord.) (2008). Patrimonio hidráulico en Aragón. Zaragoza: Cajalón.
  • Arenillas, Miguel;Hereza Domínguez, J. Íñigo;Jaime Dillet, Fernando;Díaz-Guerra Jaén, Carmen;Cortés Gimeno, Rafael (1995). «La presa romana de Almonacid de la Cuba y otros aprovechamientos antiguos en el río Aguasvivas»Revista de Obras Públicas (142, (3345)): 43-66.
  • Arenillas, Miguel (2002), La presa romana de Almonacid de la Cuba, consultado el 24 de octubre de 2009
  • Beltrán Lloris, M. (2006). La presa romana de Almonacid de la Cuba. Zaragoza: Prames.
  • Beltrán Lloris, M.; Viladés Castillo, J.M. (1994). Aquae Romanae.Arqueología de la presa de Almonacid de la Cuba (Zaragoza) (nº 13). Zaragoza: Museo de Zaragoza. pp. 127-293.
  • Beltrán Lloris, M.; Viladés Castillo, J.M. (1997). «La presa romana de Almonacid de la Cuba». Arqueología Aragonesa (Zaragoza): 145-152.
  • Castillo Barranco, Juan Carlos (2007). «Las presas romanas en España»Revista de Obras Públicas (154 ,(3475)): 65-80.
  • Fernández Ordóñez, J.A (Dir.) (1984). Catálogo de noventa presas y azudes españoles anteriores a 1900=. Madrid: Biblioteca CEHOPU.Comisión de Estudios Históricos de Obras Públicas y Urbanismo.
  • Hereza Domínguez, J.Íñigo. (Dir.) (1996). La presa de Almonacid de la Cuba: Del mundo romano a la IIustración en la cuenca del río Aguas Vivas. Gobierno de Aragón.
  • VV.AA. (2004). «Campo de Belchite». Colección RUTASCAI por Aragón (Zaragoza: Gobierno de Aragón) (17).

lunes, 29 de abril de 2019

LA DEFENSA DE MEDIANO


2.14. LA DEFENSA DE MEDIANO (SIGLO VIII. MEDIANO)

LA DEFENSA DE MEDIANO (SIGLO VIII. MEDIANO)
Embalse, pantano de Mediano

En cierta ocasión, en tiempos de la reconquista, el pueblo de Mediano fue cercado por los musulmanes, mientras don Pedro, su señor, hombre malvado como pocos, había salido para buscar ayuda armada. Una fenomenal tormenta retardó el asalto, pero, por otra parte, elevó tanto el nivel de las aguas del Cinca, que don Pedro se vio imposibilitado de socorrer a sus convecinos sitiados.
Pensó don Pedro en construir un puente, pero la empresa era poco menos que imposible. Desesperado, se decidió a buscar la alianza del diablo, al que encontró en la cueva del Entremón. Si construía —le dijo— un puente sobre el Cinca antes de que cantara el primer gallo de Mediano, le ofrecía su alma a cambio. El problema es que Satanás rechazó la oferta, puesto que no tenía ningún valor para él dada la maldad que caracterizaba a don Pedro. Sin embargo, lo construiría si le entregaba a las tres doncellas más hermosas del pueblo, accediendo el guerrero sin pensar en las consecuencias.
Advertido por su mujer de que el pacto suponía la pérdida de su propia hija, quiso romperlo, pero no pudo hallar al diablo. Entonces, dio voces a los de Mediano para que despertaran antes del alba a todos los gallos, pues, aunque el puente quedaría sin terminar, salvaría a su hija. Cuando así se fue a hacer, encontraron muertos a todos los gallos, fulminados por el propio Satanás.
Mientras el puente iba tomando forma construido por miles de diablos, la hora del alba se acercaba y, con ella, el plazo marcado. El malvado Pedro, arrepentido, invocó desesperado a la Virgen y de momento nada sucedía. Sin embargo, a punto de expirar el plazo, rompió la tranquilidad de la noche un kikirikí desgarrador. En torno al «puente del diablo» se armó una algarabía de mil demonios y Satanás, vencido, se sumergió en las aguas del río, dejando prácticamente construido el puente.
En definitiva, un hombre viejo del pueblo, para salvar a su nieta —que era una de las tres doncellas condenadas— imitó tan bien el cacareo del gallo que pasó por natural. Y, cuando se le preguntó por qué había tardado tanto en hacer la imitación, contestó que así se encontrarían el puente prácticamente acabado y gratis.
Con la ayuda del puente, al que siempre le faltaron algunos sillares, los refuerzos llegaron a Mediano, que pudo romper así el asedio que padecía.
[Orús, Mariano, «El puente del Diablo», El Cruzado Aragonés, 43, 45, 47, 4951.]




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