313. LOS CORPORALES DE SAN JUAN DE LA PEÑA, INTACTOS
(SIGLO XV. SAN JUAN DE LA PEÑA)
Es sabido a través de testimonios
distintos que el viejo monasterio de San Juan de la Peña padeció
varios incendios a lo largo de su dilatada historia, hasta que, por
fin, el declarado una noche de 1676 obligó a los monjes pinatenses a
construir el convento alto o nuevo, que quedaría vacío con las
desamortizaciones del siglo XIX.
Pues bien, en el año 1494, una parte
del rocoso cenobio debió padecer una de esas quemas tan difíciles
de sofocar dados los medios de la época y la escasez de agua para
una emergencia de esta naturaleza. Los miembros de la comunidad,
tanto frailes como donados, apenas con lo puesto pudieron ponerse a
salvo y tuvieron que permanecer alejados de su casa hasta que el
fuego se extinguió prácticamente solo.
El fuego devorador debió afectar
esencialmente a la iglesia y a la sacristía, a las que, con evidente
peligro de su vida, entró y se movió entre las llamas un arriesgado
monje, que logró rescatar del fuego el contenido de varias arquetas,
reliquias que eran fundamentales para el monasterio puesto que
contenían, ni más ni menos, los cuerpos de san Indalecio y de su
discípulo Jacobo, así como los de san Voto y Félix. Las antiguas
arcas de madera que los contenían ardieron con facilidad y por
completo, lo cual no deja de ser un fenómeno ciertamente milagroso.
Pero más portentoso fue todavía a la
vista de todos el hecho de que la pequeña y bellamente trabajada
arqueta que contenía el Santísimo Sacramento fue consumida
completamente por el fuego, pero no las Sagradas Formas que estaban
dentro de ella, que quedaron intactas.
El monje sacó de la iglesia en llamas
las hostias consagradas envolviéndolas en la cogulla de su hábito,
que les sirvió de amparo y custodia hasta que trajeron de Jaca otra
arqueta finamente labrada, en la que fueron depositadas en un acto
solemne.
San Juan de la Peña, el centro
religioso en el que naciera Aragón, se sumó así a la serie de
localidades aragonesas que vivieron prodigios similares.
[Briz Martínez, Historia de San Juan
de la Peña, I, cap. 47, pág. 211.
Blasco de Lanuza, V., Historias
eclesiásticas y seculares de Aragón, I, lib. 5, cap. 15. Faci,
Roque A., Aragón..., I, pág. 18.]