(SIGLO XV. RASAL)
Buena parte de las familias de los
moros que vivían en la aldea de Rasal
—cuando estas tierras y las de los
llanos de Ayerbe y de Huesca, más allá de las montañas, fueron
reconquistadas por los cristianos— se quedaron a vivir allí, donde
tenían raíces de siglos.
Pero la pequeña comunidad mudéjar de
Rasal, a pesar de convivir pacíficamente con la cristiana, fue
agostándose poco a poco hasta quedar extinguida, aunque buena parte
de sus costumbres y de su léxico fueron asumidos por los
conquistadores.
No obstante, es sabido que al final
quedó una sola mujer —una reina mora, según nos relata la
tradición— que había sido encerrada hacía siglos, en el de la reconquista de Rasal, sin
duda. Debió ser encerrada para salvar su vida por el rey moro en el
momento de la huida precipitada, esperando volver a Rasal para
rescatarla cuando las cosas se calmaran o incluso pudieran recuperar
su tierra.
Vivía y vive aún la reina mora en una
conocida cueva que se abre muy cerca de la ermita de Nuestra Señora
de los Ríos, donde sigue esperando paciente al rey moro al que amaba
y del que, sin duda, todavía sigue enamorada.
La reina mora apenas se deja ver a la
luz del día, pero todo el mundo sabe en Rasal que un día al año
los manantiales que manan cerca de la ermita de la Virgen se secan
por completo, sin duda porque la reina mora, desde su cueva y al
amparo de la noche, los obstruye con tierra y ramas. Es, sin duda,
más que de protesta un recordatorio por la situación secular en la
que se encuentra.
Todos saben que el día en que su amor
y rey moro regrese para rescatarla y llevarla consigo, porque
quedarse a vivir allí no parece probable, dejará de obstruir los
manantiales que fluyen en torno a la ermita de Nuestra Señora de los
Ríos, donde beben agradecidos quienes se acercan a rezar a la Virgen
y a ver si tienen la suerte de intuir siquiera la silueta tenue de la
reina mora.
[Recogida oralmente.]
En esta imagen muestro la talla sedente de la Virgen de Los Ríos. Es una escultura románica procedente de la arruinada ermita de su mismo nombre ubicada a kilómetro y medio al sur del núcleo de Rasal, remontando el curso del barranco de la Virgen. Las ruinas que restan de dicha ermita son de época muy posterior. "Virgen negra", (collóns, s´assemelle a la Moreneta) que como muchas otras acaso evoque historias de Templarios y ritos encubiertos hacia deidades egipcias. Se custodia en la parroquial de Rasal.