2.74. ASEDIO Y RECONQUISTA DE MORA DE
RUBIELOS
(SIGLO XII. MORA DE RUBIELOS)
Después de la toma y repoblación de
la ciudad de Teruel por Alfonso II, rey de Aragón, el ejército
cristiano prosiguió su avance con intención de apoderarse de las tierras levantinas.
Por la historia que nos es conocida,
sabemos que este intento quedó fallido de momento, aunque es cierto
que se lograron recuperar algunas poblaciones situadas al sur de la
actual provincia turolense. Por estas tierras precisamente, el
ejército aragonés sitió el castillo musulmán de Mora de Rubielos
(quizás sepultado bajo el actual), donde el enemigo se había
concentrado y hecho fuerte tras la caída de Teruel.
Vemos, pues, a los cristianos rodeando
el alcázar de Mora. Después de varios días de asedio, y cuando los
cristianos creían que los moros estaban a punto de rendirse por
hambre, observaron con asombro que los sitiados les arrojaban por el muro toda
clase de vituallas, dando la sensación de que les sobraban todavía
los alimentos y que, por ello, podrían resistir durante mucho tiempo
la presión cristiana e incluso recibir ayuda exterior. Tanto es así
que los capitanes del rey Alfonso II de Aragón, descorazonados y de
mutuo acuerdo, dieron la orden de retirarse a posiciones más
retrasadas, concretamente al monte de «El Castellar», donde
acamparon.
No obstante, mediada aquella misma
noche, se apareció a los centinelas aragoneses que velaban el
campamento el mismo san Miguel Arcángel, diciéndoles que volvieran
y rodearan de nuevo la plaza de Mora, puesto que los víveres que, en
efecto, habían visto arrojar por las murallas del castillo eran con
toda seguridad los últimos que les quedaban a los moros, tratando de
engañarles, como así había sucedido.
Informados los jefes cristianos por los
centinelas de aquella revelación del cielo, el propio rey ordenó
sitiar de nuevo la fortaleza con las primeras luces del alba, lo que
motivó que los moros, al ver que su estratagema no había dado el
resultado apetecido, prefirieron entregarse antes que luchar sin
esperanzas de éxito. Mora de Rubielos pasó así a poder de los
cristianos, que comenzaron la repoblación de la zona.
[Recogida oralmente.]