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miércoles, 8 de mayo de 2019

BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR, siglo XII

2.52. BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR (SIGLO XII. BORJA)

A finales del siglo XI, dependiente de la taifa sarakustí, se hizo famoso el alcaide de Borja, Abén Amed Mutamín, tanto por su férrea oposición a los cristianos, como por su gran afición a la astrología y a la nigromancia. Tanta era su pasión por las ciencias ocultas que empezó a circular el rumor de que Mutamín tenía relaciones con el diablo, pues de otra manera no se podía explicar cómo consiguió levantar el castillo de Trasmoz en un solo día.
El pueblo no se equivocaba, aunque sí ignoraba el contenido del pacto. La realidad era que el gobernador, habiendo invocado al maligno, llegó a un acuerdo con él de modo que el diablo construiría el castillo en un solo día si Mutamín aceptaba que el primer miembro de su familia que viera ondear la cruz de los cristianos en Borja descendiera al averno con él. El gobernador, sediento de poder, aceptó sin dudarlo.

Pasaron los años y un día llegó a la ciudad un escuadrón que traía como prisionera a una hermosa doncella cristiana, Isabel, de quien Mutamín quedó prendado y, pese a la oposición de la joven y del consejo de ancianos, se casó con ella. Isabel tomó el nombre musulmán de Zaida, pero su corazón permaneció cristiano. Zaida dio a luz una hermosa niña, a quien llamaron Zuleya, que significaba «hora triste», bien porque la niña nació el día de la derrota mora en Alcoraz, bien porque su madre perdió la vida en el parto.
La niña creció al cuidado de una esclava cristiana de Benasque, quien le inculcó sentimientos cristianos. La niñera, que conocía el pacto del padre, creía que así la protegía del mal. El gobernador, con el paso del tiempo, tenía tanto amor por su hijita que se alejó del oscurantismo hasta tal punto que se olvidó de su promesa al diablo.


BORJA, EN MANOS DEL BATALLADOR, siglo XII


El tiempo pasó y el avance de Alfonso I hacia Zaragoza era imparable, llegando pronto a Borja, a la que cercó en septiembre de 1118, y, entrando en la ciudad, plantó su enseña con la cruz de San Jorge en lo alto del castillo. Pero cual no sería su sorpresa al encontrar la plaza desierta. Y es que fue Zuleya la primera en ver la cruz y el diablo, que no olvida, se la reclamó a Mutamín. Pero el gobernador, dándose cuenta del peligro que corría su hija, prefirió hacer uso por última vez de su magia, convirtiendo en piedra a su hija y a todos sus servidores. Y para satisfacer su promesa, él mismo se entregó al diablo.

[Domínguez, Juan, «La Zuleya de Borja», Aragón legendario, II, págs. 95-97.]

domingo, 30 de junio de 2019

DOÑA URRACA SOLICITA EL DIVORCIO A ALFONSO I


103. DOÑA URRACA SOLICITA EL DIVORCIO A ALFONSO I
(SIGLO XII. MONTERROSO)

DOÑA URRACA SOLICITA EL DIVORCIO A ALFONSO I  (SIGLO XII. MONTERROSO)


Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, y doña Urraca, reina de Castilla, habían convenido y contraído matrimonio, un enlace promovido con fines políticos, que se proyectó no sin grandes resistencias por parte de sus respectivos vasallos, tanto en Castilla como en Aragón, y que finalizó de mala manera, tras vivir momentos y enfrentamientos muy tensos, incluidos varios confinamientos de la reina castellana.

En Galicia, por razones de índole política que no vienen ahora al caso, la resistencia contra la celebración del matrimonio fue constante y enorme, de manera que ambos monarcas decidieron acudir allí con sus ejércitos para tratar de pacificar a sus nobles. Comenzaba el verano del año 1110 y la expedición primera, tras dura y sangrienta batalla, supuso la toma y captura del importante castillo de Monterroso, dentro de cuyas defensas fue hallado y apresado uno de los rebeldes, el noble Prado.

Al poco de tomar la fortaleza, tuvo lugar allí una tensa y dramática escena, pues Prado se aclamó a doña Urraca, su señora natural, de modo que se refugió materialmente bajo su manto. La reina lo cubrió por completo e incluso extendió los brazos sobre él para demostrar que lo tomaba bajo su protección y amparo. Aquella situación, a la que asistían como testigos varios nobles tanto castellanos como aragoneses, se hizo embarazosa e interminable, mirándose a los ojos fijamente los dos esposos en son de reto.

A los pocos instantes, el rey Alfonso I el Batallador, sin tener ningún tipo de consideración hacia la reina, su esposa, según la versión de la crónica que nos relata lo sucedido, tomó un venablo y lo lanzó contra Prado hiriéndole de muerte. La situación se hizo entonces insostenible y doña Urraca, aconsejada por sus nobles y muy molesta personalmente por lo sucedido, planteó al rey aragonés la disolución del matrimonio solicitándole el divorcio. Luego, sin mediar más palabras, tomó sus enseres y emprendió el regreso hacia León, mientras Alfonso I el Batallador continuaba en Galicia.

[Ubieto, Antonio, Crónicas anónimas de Sahagún, págs. 30-35.]







  • Antonio Ubieto Arteta , ed. 1987. Crónicas Anónimas de Sahagún . Textos Medievales, 75. Zaragoza: Anubar Ediciones.


  • venablo , lanza arrojadiza
    venablo, lanza arrojadiza,
    comprar en aceros de Hispania (Castelserás, Teruel, Aragón)





    Monterroso es una localidad y municipio español, situado en el oeste de la provincia de Lugo, cerca del centro geográfico de la comunidad autónoma de Galicia. Es capital de la comarca de Ulloa, partido judicial de Chantada, y comprende 30 parroquias, compuestas por 108 núcleos de población. En dicho término municipal se encuentra el establecimiento penitenciario de A Vacaloura.


    Se denomina Monterroso porque a mediados del siglo XII se asientan a vivir en el monte, donde está construido el pueblo actual, llamado Monterroso.

    Durante la época romana, el concello era atravesado por varias vías, incluyendo la XIX del Itinerario Antonino, que unía Lugo con Braga.

    Por Ligonde pasa el Camino de Santiago. Concretamente el Camino Francés, siendo ésta parroquia la etapa número 27 en el susodicho Camino.

    Parroquias que forman parte del municipio:

    Arada (Santa María)
    Balboa (San Salvador)
    Bidouredo (Santiago)
    Bispo (Santa María do)
    Cumbraos (San Martiño)
    Fente (San Martiño)
    Frameán (San Pedro)
    Fufín (San Martiño)
    Lavandelo (Santiago)
    Leborei (Santa María)
    Ligonde (Santiago)
    Lodoso (San Xoán)
    Marzán (Santa María)
    Milleirós (San Pedro)
    Esporiz (San Miguel)
    Novelúa (San Cristovo)
    Os Ferreiros (San Cibrao)
    Pedraza (Santa María)
    Penas (San Miguel)
    Pol (San Cibrao)
    Salgueiros (Santa María)
    San Breixo (San Salvador)
    Satrexas (Santa Eufemia)
    Sirgal (Santo André)
    Sucastro (Santa Mariña)
    Tarrío (Santa María)
    Vilanova (San Pedro)
    Viloíde (San Cristovo)

    La base económica del ayuntamiento es el sector primario, especialmente la ganadería. Siguiente en importancia es el sector terciario, concentrado en Monterroso (educación, sanidad, administración, comercio, bancos,etc.), así como el Centro Penitenciario de A Vacaloura.

    En estos momentos, empieza a resurgir el Turismo en la zona, especialmente el rural, ya que existen alojamientos de calidad en este concello, sumándose poco a poco nuevas incorporaciones...

    En semana santa, se celebra el torneo promesas “José Manuel Alvelo”, en el que participan de media, 80 equipos de toda Galicia.

    domingo, 12 de mayo de 2019

    LA CABRA DE ORO INALCANZABLE, Tierga, siglo XII

    2.62. LA CABRA DE ORO INALCANZABLE (SIGLO XII. TIERGA)

    Es tradición secularmente transmitida que Tierga —emplazado a la vera del minúsculo río Isuela que nace de las nieves del Moncayo—, como tantos otros fue fundado por los musulmanes durante su secular estancia en nuestra Península. Sus casas, blancas y pequeñas, se apiñaban en las faldas del castillo a lo largo de calles tortuosas pensadas para romper el viento helador del invierno. En aquella enorme fortaleza, solitario y apartado del resto de la población, tenía su residencia el señor del lugar, generalmente dependiente del gobernador o, como en estos momentos, del rey de la taifa sarakustí.

    LA CABRA DE ORO INALCANZABLE, Tierga, siglo XII


    Amparada en su privilegiada ubicación, su fortaleza era prácticamente inexpugnable para las armas ofensivas de aquellos tiempos, por lo que resistió numerosos embates de los ejércitos cristianos aragoneses, hasta que Alfonso I el Batallador, el reconquistador de Sarakusta, tras asediar y tomar por las armas las cercanas y más importantes poblaciones musulmanas de Tarazona y Calatayud, ordenó poner cerco al castillo de Tierga, sin posibilidades reales de que pudiera recibir socorro alguno desde el exterior dada la situación.
    La suerte de Tierga estaba echada y sus defensores, conscientes de ello, decidieron adoptar algunas precauciones. De modo que, a la vista del sitio que padecían y antes de entregar las llaves de la fortaleza al propio Batallador, los moros tierganos decidieron esconder su más preciado tesoro (una cabra fundida en oro) en un pasadizo subterráneo que, al parecer, comunicaba el interior del castillo con un lugar próximo al río Isuela. Luego taponaron cuidadosamente las dos entradas para que la dorada cabra no pudiera ser hallada por los cristianos, con la oculta y remota esperanza de poder recuperarla si la suerte de las armas les era favorable en algún momento.
    Tierga, en efecto, no pudo resistir el prolongado asedio de las huestes de Alfonso I el Batallador y cayó por fin en manos cristianas. Como ocurriera en tantos otros lugares, una buena parte de los musulmanes vencidos se quedó y continuó viviendo en las viejas casas en las que habían nacido y cultivando las huertas de siempre. Como jamás retornó a poder musulmán, su secreto continúa sin ser desvelado, aunque los cristianos, generación tras generación, han buscado el túnel que les conduzca a la cabra de oro.
    [Recogida oralmente.]

    https://es.wikipedia.org/wiki/Tierga

    Tierga, la Tertakom celtíbera, es un municipio español de la provincia de Zaragoza situado en la comarca de Aranda, comunidad autónoma de Aragón. Situado a una altitud de 700 msnm, tiene un área de 65,81 km² con una población de 197 habitantes (INE 2016) y una densidad de 2,98 hab/km².


    La villa de Tierga está situada en la Comunidad Autónoma de Aragón (España), en la zona Oeste de la Provincia de Zaragoza y forma parte de la Comarca del Aranda.


    Está enclavada en pleno Sistema Ibérico, a unos 30 km al Sureste de la Sierra del Moncayo, y situada en la margen izquierda del Isuela, afluente del Río Jalón.


    Fue ciudad celtíbera de los lusones conocida con el nombre de Tertakom que emitió su propia moneda.


    Severino Aznar Embid, sociólogo, representante del catolicismo social, fundador del Partido Social Popular, miembro de la Asamblea Nacional Consultiva y procurador a Cortes durante cinco legislaturas durante el período franquista.


    Cabe destacar la iglesia de San Juan Bautista.


    https://es.wikipedia.org/wiki/Tierga

    En


    https://www.calatayud.org/noticias/MAYO-19/140519_15.htm han econtrado esta leyenda en esta web y la enlazan. Gracias !

    sábado, 4 de mayo de 2019

    NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA, EN LA CONQUISTA DE EJEA


    2.46. NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA, EN LA CONQUISTA DE EJEA
    (SIGLO XII. EJEA DE LOS CABALLEROS)

    Para atacar Zaragoza con ciertas garantías de éxito y aspirar a poder reconquistarla, el rey aragonés Alfonso I el Batallador debía tomar y asegurar antes otras poblaciones musulmanas situadas en la margen izquierda del Ebro, procurando evitar así cualquier socorro a retaguardia. Este era el caso de Ejea y sus feraces tierras aledañas, importante enclave sarraceno al que el Batallador puso sitio, contando con la colaboración de importantes contingentes militares navarros y del otro lado del Pirineo.
    No era, ni mucho menos, tarea fácil la reconquista de Ejea, plaza bien amurallada por todo su perímetro y muy densamente poblada, por lo que el rey tuvo que idear una táctica que le llevara a un asedio eficaz, sin posibilidades de que los moros ejeanos pudieran recibir ayuda externa, de manera que situó contingentes armados a lo largo de todo su largo de la muralla y en todos los caminos que conducían a Ejea. Las tiendas de campaña formaban dos filas en torno a los muros, y mientras los componentes de una guardia vigilaban los otros podían descansar.

    Nuestra Señora de la Oliva. Ejea de los Caballeros, Zaragoza

    Cualquier colaboración, por pequeña que fuese, era bien recibida pero insuficiente en este trance. De entre las varias ayudas y aportaciones recibidas, la que más satisfizo y animó a don Alfonso fue la de la Nuestra Señora de la Oliva. En efecto, en medio de las cavilaciones del monarca aragonés, cuando ya casi desesperaba del éxito de la operación que le tenía inmovilizado con una parte muy importante de su ejército, se le apareció la Virgen para anunciarle y garantizarle el éxito si persistía en el empeño.

    NUESTRA SEÑORA DE LA OLIVA, EN LA CONQUISTA DE EJEA  (SIGLO XII. EJEA DE LOS CABALLEROS)


    El Batallador y sus hombres no salían de su asombro ante aquel prodigio, y el rey, animado por tan inesperada e increíble revelación de la Virgen, endureció todavía más tenazmente si cabe en el cerco y acabó tomando Ejea, con lo cual tuvo mucho más expedito el camino que conducía a Sarakusta, la verdadera llave del Ebro.
    [Ferrer y Recax, Joseph F., Idea de Exea, págs. 138-141.]




    http://www.cincovillas.com/la-virgen-de-la-oliva-no-solo-esta-en-ejea/

    https://www.facebook.com/pages/Asociacion-Nuestra-Se%C3%B1ora-Virgen-de-la-Oliva/1513553992286351

    http://cooperativaejea.com/

    Lambán, de Ejea :



    lunes, 22 de junio de 2020

    255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES

    255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES (SIGLO XI. TRASOBARES)

    255. ANTECEDENTES DEL MONASTERIO DE TRASOBARES (SIGLO XI. TRASOBARES)


    Estamos en Jaca, capital del reino. Sancho Ramírez, rey de los aragoneses, estima que debe coordinar sus esfuerzos con los cristianos de Castilla para oponer un frente común a los musulmanes que dominan el valle del Ebro. Prepara, pues, un viaje a tierras castellanas, que debe hacerse con toda discreción para no levantar sospechas.

    Acompañado solamente por un criado, emprendió el viaje disfrazado de arriero y, tras cabalgar día y noche, ambos se perdieron en el camino. Estaban en tierra de moros y, por lo tanto, temerosos de caer en sus manos. De repente, el canto de un gallo al alborear el nuevo día les indicó que se hallaban cerca de un poblado. Decidieron hacer un alto y redoblaron la vigilancia para no verse sorprendidos por los vigías moros.

    El criado, con sumo cuidado, se adentró en la desconocida población y, dirigiéndose a una de las casas de su barrio mozárabe, le proporcionaron las vituallas necesarias para proseguir el viaje y le informaron que el poblado se llamaba Trasobares. Luego, durante el retorno junto a don Sancho que le estaba esperando ansioso, en medio de una intensa y casi cegadora luz, vio una imagen de la Virgen. Se sintió emocionado y sorprendido, y corrió cuanto pudo para contarle al rey lo que acababa de sucederle.

    A pesar del peligro que suponía, los dos fueron al lugar de la aparición. Entonces, el rey, con sumo cuidado, tomó y envolvió la imagen entre paños y, tras acomodarla en la silla de su montura, decidió suspender el viaje a Castilla y regresar a Jaca sin dilación para, una vez allí, ir a depositar la imagen en el monasterio de San Pedro de Siresa.

    Años más tarde, Alfonso I el Batallador reconquistó Trasobares para Aragón. A petición de los cristianos del pueblo, el rey ordenó devolver la imagen al lugar donde se apareciera, construyendo para ella una ermita, germen del monasterio femenino cisterciense que allí se fundaría, cuya sala capitular sería presidida por la imagen, de manera que pronto se le conocería como Nuestra Señora del Capítulo.

    [Bernal, José, Tradiciones..., págs. 78-79.
    Sánchez Pérez, José A., El culto mariano en España, págs. 112-113.]


    El origen de la villa actual es medieval, y debe su existencia al monasterio de monjas cistercienses o «bernardas» fundado en dicho lugar en el siglo XII. La elección de este apartado lugar, en el somontano del Moncayo y a orillas del río Isuela, para dicha fundación se debe a la aparición de la Virgen María al mismísimo rey de Aragón, Sancho Ramírez, allá por el año 1092, en este lugar. Al parecer, y según la tradición, por estas fechas el rey Sancho Ramírez emprendió una peligrosa expedición desde Aragón a Castilla para entrevistarse con el rey castellano Alfonso VI. Para ello tuvo que atravesar las tierras del poderoso reino taifa de Zaragoza. De incógnito, y con solo unos criados por compañía, Sancho Ramírez emprendió el viaje por «caminos ocultos», según dice la tradición. Ya cerca de Castilla el rey y compañía acamparon para pasar la noche en una hondonada junto al río Isuela, lugar donde encontraron la acogida de tres leñadores cristianos y sus familias que vivían en unas cabañas en este lugar. Aquella noche, mientras el rey dormía un gran resplandor iluminó el lugar, tanto que los gallos comenzaron a cantar. Asombrados, los presentes presenciaron la aparición de la Virgen rodeada de ángeles que la veneraban. Una vez acabado el prodigio, y vuelta la oscuridad, los presentes, al acercarse al lugar donde se había producido el hecho, descubrieron una imagen en madera de la Virgen que el rey Sancho decidió llevarse a Aragón a su vuelta de Castilla. Así la imagen fue trasladada al monasterio de Siresa, en el Pirineo. El rey Alfonso I el Batallador, hijo de Sancho Ramírez, reconquistó toda la zona de Trasobares en fechas posteriores a 1118 y, a petición de la gente que habitaba el lugar, llamado ya «Trium Obantium» o «Tres Obares» —Tres vencedores— en recuerdo de los tres leñadores que habían conservado el lugar para los cristianos, devolvió la imagen a su lugar de origen, fundándose una pequeña ermita para su veneración. Textualmente el privilegio firmado por El Batallador dice: «volo enim ut restituatis supradictam imaginem sindicis vel procuratoribus loci Trium Obantium». La tradición ha conservado incluso el nombre de aquellos «tres vencedores»: Hernando Sánchez, García Aznar y Beltrán Gascón. Son apellidos que históricamente se encuentran en el pueblo, lo que da verosimilitud a la tradición. Posteriormente, sobre 1168, se produjo la fundación del monasterio ya citado, alrededor del cual creció una pequeña villa, que fue Trasobares. Fue una dama noble castellana, doña Toda Ramírez, tercera abadesa del monasterio navarro de Santa María de la Caridad de Tulebras, quien lo fundó tras pedir a la reina Petronila de Aragón el lugar donde se encontraba la pequeña ermita dedicada a la Virgen como sede de este nuevo monasterio para hijas de «ricos hommes» (homnes, homines, etc) de Aragón. Previamente la animosa dama había viajado hasta París para entrevistarse con Bernardo de Claraval, fundador del Císter y futuro santo, para solicitar su permiso para esta fundación. El privilegio de fundación lo concedió el rey Alfonso II el Casto, en 1188. Este privilegio incluía el señorío de la villa de Trasobares, a las que ya a finales del siglo XII se añadiría la donación de los términos de Aguarón y Tabuenca, lo que convirtió a sus habitantes en vasallos del monasterio. También recibió el monasterio otros privilegios, como los de pacer sus ganados en diversos lugares del reino, tal como lo hacían los ganados reales. La iglesia del monasterio quedó dedicada a Santa María de los Ángeles, en alusión a las circunstancias de la aparición de la Virgen a Sancho Ramírez. El monasterio, que nunca fue grande en capacidad —unas treinta monjas, más sirvientes—, quedó sujeto espiritualmente al gran monasterio cisterciense del otro lado del Moncayo, Santa María de Veruela. La llamada Guerra de los dos Pedros, entre Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla, entre 1356 y 1369, supuso el primer quebranto importante en la vida del monasterio, al estar cerca de la frontera castellano-aragonesa. En 1357 el ejército castellano destruyó las villas de Trasobares y Calcena, teniéndose que refugiar sus habitantes en el cercano castillo de Tierga, aguas abajo del Isuela. Las monjas eligieron retirarse a Aguarón, en tierras de Cariñena, junto a Cosuenda, lugar más lejano y seguro, y que les pertenecía. El Compromiso de Caspe (1412) supuso la inesperada ruina del convento. La abadesa de Trasobares, Violante de Luna, se negó (ja ja ja !!) a aceptar el fallo que nombraba rey de Aragón al castellano Fernando de Antequera, un Trastámara, (descendiente de los reyes de Aragón) ya que los Luna apoyaban al candidato Jaime de Urgel. En una novelesca peripecia la abadesa huyó de Trasobares, refugiándose en el castillo de Loarre junto con su primo, y, dicen, que amante, Antón de Luna, cabeza de los partidarios «urgelistas» en Aragón e instigador del asesinato del arzobispo de Zaragoza García Fernández de Heredia, partidario de Fernando de Antequera. Tras un riguroso asedio que duró un año, y que sobrepasó en duración y tenacidad al que el propio candidato al trono, Jaime de Urgel, (Jayme Darago) llevó a cabo al castillo de Balaguer, la abadesa «guerrera» fue detenida y se dispuso su traslado al castillo de Sora, en las Cinco Villas. Pero nuevamente Violante (Yolanda) volvió a fugarse sirviéndose de un falso salvoconducto. El Papa Benedicto XIII, otro Luna (Papa Luna) y tío de la abadesa rebelde, actuó expeditivamente, tal vez para demostrar al nuevo rey la fidelidad de su familia; excomulgó a la abadesa, que incluso había tenido un hijo con su primo, ordenó a las monjas abandonar el convento de Trasobares, trasladándolas nuevamente a Aguarón, y ordenó su demolición, a excepción de la iglesia. El castigo incluía además la prohibición de que las monjas se llevaran la imagen de la Virgen de Trasobares. Durante el derribo del convento se cuenta que se produjo el milagroso suceso de que al caer un cascote sobre la nariz del niño Jesús que sostiene la imagen de la Virgen, de ella manara sangre. Dicho suceso dicen ocurrió porque la imagen, desde siempre, no se encontraba en la iglesia del convento —que no se derribó—, sino en la sala capitular, lo que le valió a la talla el otro nombre, aparte del de «Nuestra Señora de los ángeles», que ostenta y que es más popular: «Nuestra Señora del Capítulo». Otro hecho prodigioso del que se da noticia sucedió durante la ausencia de las monjas. Un día los habitantes de la villa escucharon el canto de la salve en la iglesia, a la hora en que las monjas lo solían realizar. Al entrar en la iglesia, pensando que las monjas habían vuelto, se la encontraron vacía, por lo que tuvieron por cierto que habían sido los propios ángeles los que habían cantado la Salve. Hasta 1419, por medio de una bula del Papa Martín V, no fueron autorizadas las monjas a regresar al monasterio, reconstruyéndolo en su totalidad excepto la iglesia. La vida de la comunidad monástica, y de la villa, continuó apaciblemente, aunque con sobresaltos como el del 18 de enero de 1810, en plena Guerra de la Independencia, cuando una partida francesa apresó al párroco del pueblo, Manuel Sancho, saqueando el archivo parroquial y desapareciendo varios libros antiguos y dinero. El monasterio pervivió hasta 1837, fecha en que la Desamortización de Mendizábal desalojó a las monjas - quedaban diez - del lugar y las agregó a las del monasterio de santa Lucía en Zaragoza. Sin embargo, unas pocas fueron al monasterio de Tulebras (Navarra), llevándose el rico báculo de plata que el Papa Luna (Benedicto XIII) había regalado a la abadesa Violante de Luna. Actualmente dicho báculo se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Las propiedades del convento pasaron, teóricamente, a manos particulares. Sin embargo, solo un par de edificios fueron adquiridos por estos, quedando el resto abandonado y arruinándose con el tiempo.

    jueves, 9 de mayo de 2019

    LA RECONQUISTA DE MALUENDA, siglo XII


    2.56. LA RECONQUISTA DE MALUENDA (SIGLO XII. MALUENDA)

    A lo largo y ancho del valle del Ebro, algunas poblaciones como Belchite, por ejemplo, decidieron capitular sin lucha nada más caer Zaragoza en manos de Alfonso I el Batallador, pero no ocurrió así en otros núcleos importantes del reino moro sarakustí, como son los conocidos casos de Calatayud, Daroca o Tarazona que, dada la tenaz e importante resistencia que opusieron, tuvieron que ser tomadas por la fuerza de las armas.

    En efecto, el rey aragonés, crecido por el éxito logrado ante los imponentes muros de Zaragoza y auxiliado por varios caballeros franceses, como el conde Guillermo de Poitiers, se dirigió hacia Calatayud —amparada en su magnífico castillo y considerada como la auténtica llave del Jalón— y la sitió. Luego, una vez asegurado su cerco, partió inmediatamente siguiendo el curso del río Jiloca para tratar de salir al paso de los almorávides, quienes, por fin, se decidieron a socorrer a sus correligionarios del valle del Ebro, y a los que Alfonso I vencería en Cutanda en 1120.

    LA RECONQUISTA DE MALUENDA (SIGLO XII. MALUENDA)


    Pero el camino de los expedicionarios desde Calatayud a Daroca y Cutanda no fue nada fácil, puesto que cerca de la primera, en el lugar de Maluenda —donde se habían concentrado moros de otras poblaciones aledañas— tuvo lugar un encarnizado e inesperado combate campal en el límite con las casas del poblado, circunstancia que no sólo retrasó la expedición hacia su principal objetivo sino que, según la leyenda, originó importantes pérdidas humanas en la hueste de los cristianos aragoneses.

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    Restos del Castillo de Maluenda, sitiado en el siglo X por Abderramán III.


    Aunque acabó saliendo victorioso Alfonso el Batallador de la contienda y la guarnición mora de Maluenda tuvo que entregar al fin las llaves (lo cual significaba un problema menos para Calatayud que seguía sitiada), una partida de soldados aragoneses tuvo que retrasarse del resto de expedicionarios para enterrar a sus muertos, asistir a los heridos y hacerse cargo de los
    prisioneros. Fue entonces cuando los canteros que formaban parte de la expedición labraron y erigieron la Cruz Blanca —todavía existente como testigo de aquel suceso— y la colocaron enhiesta en el mismo sitio en el que tuvo lugar la batalla, en conmemoración y recuerdo de quienes cayeron allí.
    [Recogida oralmente.]


    https://es.wikipedia.org/wiki/Maluenda

    Maluenda es un municipio español en la provincia de Zaragoza, perteneciente a la Comunidad de Calatayud, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 40,09 km² con una población de 989 habitantes (INE 2016) y una densidad de 26,94 hab/km².

    Maluenda está situada en el Sistema Ibérico a orillas del Jiloca a 581 msnm. Comprende una superficie de 4 037 hectáreas, de las cuales 400 son de regadío y 2 000 de secano, correspondiendo el resto al casco urbano y al monte público. Dista 9 km de la capital comarcal, Calatayud, y 90 km de Zaragoza.

    Límites:
    Noroeste: Paracuellos de Jiloca
    Norte: Paracuellos de Jiloca
    Noreste: Villalba de Perejil
    Oeste: Munébrega
    Este: Belmonte de Gracián
    Suroeste: Olvés
    Sur: Alarba

    Sureste: Velilla de Jiloca y Morata de Jiloca

    Aunque los orígenes de Maluenda no están completamente esclarecidos, se sabe que existió un asentamiento en la Edad de Bronce, situado en el cerro detrás del Castillo, en donde aún se perciben restos de muros y otras edificaciones. En él se han encontrado diversos materiales como molinos barquiformes, cerámicas de tipología diversa y utillaje lítico en sílex, hoy expuestos en el Museo arqueológico de Calatayud.

    En cuanto a época indígena, el hallazgo más notable es un tesoro de denarios ibéricos, junto a un número importante de denarios romanos republicanos que se fechan entre los años 90 y 79 a.C., por lo que su ocultación se relaciona con la Guerra de Sertorio, tan determinante en este territorio. Asimismo, hasta hace pocos años se conservaba un puente romano que permitía cruzar el río Jiloca.

    En la Edad Media Maluenda fue una importante plaza militar, como así lo atestiguan sus importantes restos fortificados, y el hecho de ser mencionada por fuentes árabes en las luchas de la Marca Superior contra el poder central de Córdoba. La fortaleza de la plaza existía ya en el siglo X, y es que, según el geógrafo al-Udri, el califa Abderramán III acampó ante los muros del castillo de Malonda, nombre con el que aparece nombrada la villa en documentos de la época. Ello sucedió en los años 933-934, durante la primera campaña de castigo contra el rebelde Muhammad al-Tuyibí de Zaragoza, y luego en (937), cuando la fortaleza, defendida por el propio al-Tuyibí, fue definitivamente ocupada por los ejército califales.

    En 1120, Maluenda fue reconquistada para los reinos cristianos por Alfonso I el Batallador y en 1255 pudo ser el escenario de una reunión secreta mantenida entre Jaime I de Aragón y Enrique de Castilla —hermano de Alfonso X el Sabio—, narrada en el Libro de las tres razones del Infante Don Juan Manuel. Posteriormente, en la Guerra de los dos Pedros, desempeñó un importante papel en la defensa del corredor del Jiloca, entre Daroca y Calatayud.​ Tropas castellanas se apoderaron del castillo en 1363. En Maluenda se encontraba el Archivo de la Comunidad de aldeas de Calatayud que en el día de hoy aún no se ha localizado.

    Ya en el siglo XIX, el historiador Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Maluenda en los términos siguientes: «Tiene 150 casas de mala fábrica y 100 cuevas de peor calidad, que se distribuyen en calles estrechas y 2 plazas; casa de ayuntamiento; escuela de niños». Menciona también la existencia de tres iglesias parroquiales: la de la Asunción de Nuestra Señora, la de San Miguel y la de las Santas Justa y Rufina, así como seis ermitas. Refiere que «Los vecinos se surten para sus usos de las aguas del río Jiloca, de buena calidad» y resalta la producción de trigo, cebada, vino, cáñamo, legumbres y hortalizas, indicando que había «1 fábrica de papel de estraza, batanes, tintes y 2 molinos harineros».

    El Castillo, actualmente en ruinas, es una de las pocas fortalezas auténticamente musulmanas de tapial. De acuerdo a La Chanson de Roland, cuando Carlomagno organizó su marcha contra Zaragoza, era Blancandrín su alcaide, lo que indica que fue una de las primeras fortalezas construidas por los musulmanes en Al-Andalus.

    La fortaleza se alza sobre una pelada muela oblonga desde donde se domina el pueblo. Tiene planta alargada, cuyo eje mayor era de unos 80 m, adaptada a la cumbre del monte. Consta de dos torreones y un recinto amurallado, parcialmente conservado en el lado orientado hacia la población, pero prácticamente desaparecido en el lado opuesto. Los torreones se sitúan en el lado oeste, son rectangulares y de gran volumen.

    http://www.castillodemaluenda.com/vinos/index.php



    domingo, 22 de diciembre de 2019

    índice, tomo IV

    Índice de los documentos y demás materias que comprende este tomo. 

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    INTRODUCCIÓN.

    I - Testamento del conde de Barcelona don Ramón Berenguer 3°, en el que, después de ordenar varios legados y otras disposiciones de menor importancia, nombra heredero de sus estados de Cataluña a su primogénito don Ramón Berenguer 4°, y dispone de su condado de Provenza a favor de su hijo segundo, don Berenguer Ramón.

    II - Testamento otorgado por el rey de Aragón don Alfonso el Batallador, con el cual instituyó herederos de su reino al Santo Sepulcro de Jerusalén, a los religiosos hospitalarios y a los templarios, por iguales partes.

    III - Convenio del conde de Barcelona don Ramón Berenguer 4° con Gauceberto de Peralada y los hermanos Raimundo y Aimerico de Torrelles, sobre la encomienda, custodia y bailía de la villa de Peralada, y feudo de Prats.

    IV - Otro del mismo conde con Guillermo de Cornellá, sobre la encomienda del castillo de dicho nombre.

    V - Donación de dicho castillo de Cornellá, otorgada por Majencia y su hijo Guillermo a favor del conde.

    VI - Donación del castillo de Barberá, otorgada por el conde, de acuerdo con sus barones, a favor de la milicia del Templo, para cuando se estableciese esta en sus dominios.

    VII - Homenaje que Raimundo Bernardo prestó al conde de Barcelona por el castillo de Castell-Adral y otros feudos.

    VIII - Otro homenaje que Guillermo Raimundo deBerga prestó al conde por los castillos
    de Peguera, Figols,Valmaña y Torredella.

    IX - Estatuto otorgado por el conde a favor de la iglesia de San Juan de Ripoll.

    X - Carta-puebla de Artasona, concedida por don Alfonso el Batallador.

    XI - Privilegio otorgado por el conde y San Olaguer, a favor de los templarios que debían establecerse en los estados de Aragón.

    XII - Testamento de Berenguer de Moncada.

    XIII - Donación de unas casas sitas cerca del Regomir, otorgada a favor de los templarios por Bernardo Raimundo de Mazanet y su hijo Berenguer.

    XIV - Sentencia dada por el obispo de Barbastro en la controversia que tenía el abad de San Clemente con el de San Martín.

    XV - Homenaje que Guillermo Raimundo, hijo de Inés, prestó al conde don Ramón Berenguer.

    XVI - Convenio del mismo conde con Guillermo de San Martín y su mujer Beatriz, con el que aprueba su casamiento y les concede el feudo de Moncada, por el cual, y por los de Monbuy y Montornés, le prestó dicho Guillermo el correspondiente homenaje.

    XVII - Otro convenio entre dicho conde y el senescal Guillermo Raimundo, con el que terminaron las cuestiones que se debatían entre los dos sobre las aguas de los molinos de Moncada y Barcelona.

    XVIII - Partición de bienes entre Guillermo Raimundo y su mujer Beatriz, por razón del
    divorcio que había sido declarado por el arzobispo de Tarragona.

    XIX - Concesión en feudo de los castillos de Tudela, Sobreporta, Torelló,Tona y algunos otros, otorgada por el conde a favor del mencionado Guillermo Raimundo.

    XX - Donación del diezmo de las parias que el conde don Ramón Berenguer percibía en España, otorgada a favor de Diosdado.

    XXI - Privilegio concedido a los vecinos de Uncastillo por don Ramiro, rey de Aragón, ratificado por el conde de Barcelona don Ramón Berenguer, y confirmado por el rey don Juan 1° en 1389.

    XXII - Donación de la ciudad de Tortosa, para cuando se conquistase, otorgada por el conde a favor de Guillermo de Monpeller.

    XXIII - Concordia entre los condes de Barcelona y Ampurias, seguida de la concesión en feudo de los castillos de Cerset,Terrat y otros, otorgada por el primero al segundo.

    XXIV - Donación del reino de Aragón, otorgada por don Ramiro a favor del conde de Barcelona.

    XXV - Juramento de fidelidad que por orden del mismo don Ramiro prestaron al conde todos los vecinos de Huesca.

    XXVI - Ratificación de la donación otorgada por don Ramiro a favor del conde.

    XXVII - Orden del mismo don Ramiro, para que en adelante todos los que habían sido sus vasallos obedeciesen al conde de Barcelona.

    XXVIII - Convenio entre el emperador de España, don Alfonso, y el conde de Barcelona, sobre el repartimiento de las tierras del rey de Pamplona, don García.

    XXIX - Concesión de unas casas en Agramunt, otorgada a favor de Ramón Arnau por los condes de Urgel, Armengol y Elvira, con aprobación de su hijo.

    XXX - Escritura con que el conde de Barcelona y príncipe de Aragón cedió a Reverter el vizcondado de Barcelona, el feudo de Piera y de algunos otros castillos.

    XXXI - Donación de los bienes de Abin-Sila, en el término de Aranda, otorgada por el conde a favor de Iñigo Sánchez de Burbachana.

    XXXII - Cesiones que los caballeros del Santo Sepulcro y los Hospitalarios otorgaron a favor del conde, de la parte del reino de Aragón que a cada uno les pertenecía en virtud del testamento de don Alfonso el Batallador.

    XXXIII - Donación de los bienes de Abein-Sordo, hecha por el mismo conde a García Garcez.

    XXXIV - Homenaje prestado al conde por Galceran de Sales, hijo de Ermesinda.

    XXXV - Donación de unas casas en Barbastro, otorgada por el rey de Aragón, Pamplona, Sobrarbe y Ribagorza, don Pedro Sánchez, a favor de Galindo Garcez.

    XXXVI - Confirmación de la cesión que los caballeros del Santo Sepulcro hicieron al conde de Barcelona, de la parte del reino de Aragón que les había dejado don Alfonso el Batallador.

    XXXVII - Testamento del obispo de Barcelona,Arnaldo, otorgado antes de emprender su viaje a Jerusalén.

    XXXVIII - Debitorio de quinientos sesenta maravedises y cien libras de plata, otorgado a favor de Guillermo Mainardo por el conde de Barcelona, príncipe de Aragón y marqués de Tortosa y Lérida.

    XXXIX - Venta de una almolacenia, hecha por el conde a favor de Arnaldo Pérez de Arcos.

    XL - Sentencia dada por la curia o tribunal del conde en el pleito de Guillermo de Castellvell con Poncio Pérez de Bañeres.

    XLI - Convenio de Domingo Perdiguero con Ferrer de Benebar y García de Oiarda, acerca del castillo de Alhozerein.

    XLII - Empeño de una tierra en Viladecans, otorgado por el conde a favor de Guillermo Suñer.

    XLIII - Fundación de la orden del Templo en los estados del conde, y donación que se les hizo de los castillos de Monzón, Moncayo, Chalamera, Barberá, Remolins y Corbins, junto con algunas otras rentas y derechos, para que dichos religiosos pudiesen mantenerse.

    XLIV - Promesa de fidelidad que Geraldo Alemany hizo a su señor el conde de Barcelona. 


    XLV - Juramento y homenaje prestado a dicho conde por el mismo Geraldo.

    XLVI - Donación de una pardina en Barbastro, otorgada por el conde a su judío Zecri.

    XLVII - Carta de hermandad y protección que los templarios concedieron a D. Perdiguero, D. Almoravech, G. Priavol y Ferrer de Benavar, por la donación que estos les habían hecho de la quinta parte de Alfoceya.

    XLVIII - Donación de algunas heredades en Monzón, otorgada por el conde a favor de Beltran, Geraldo, Sancho y Guillelmo de Belsa, Juan de Camporrells,Berenguer de Miravet, Domingo y Estévan de Soria.

    XLIX - Encomienda de las castellanías de Piera y Cabrera, concedida por el conde a Guillermo de Guardia.

    L - Donación de una parte del castillo y villa de Ciurana a Berenguer Arnau.

    LI - Donación que el conde hizo a Guillermo Raimundo, del castillo y tercera parte de la ciudad de Tortosa, del castillo de Peñíscola y de las islas de Mallorca e Ibiza, todo para cuando se conquistase; y decisión de algunas cuestiones que se habían suscitado sobre dicha donación.

    LII - El conde confirma a favor de Sibila, Alaman y Arnaldo Sord, la donación de unas casas que les había hecho.

    LIII - Donación de una heredad en Consellos, otorgada por Fortuño Aznares a favor de Aznar Garcéz y de su mujer doña Oria.

    LIV - Convenio entre el conde de Barcelona, don Ramón, y el de Urgel, don Armengol, en que el primero dio en feudo al segundo la tercera parte de la ciudad y territorio de Lérida, con reserva de la parte que debía dar a los templarios; y el de Urgel prometió al de Barcelona ser su hombre fiel, y acudir como buen vasallo a sus huestes y cabalgadas.

    LV - Empeño del señorío de Osor, otorgado por el conde de Barcelona a favor de los hermanos Guillermo y Oton de Moncada.

    LVI - Capitulación concedida por el mismo conde a los moros de Tortosa.

    LVII - Carta-puebla de Espluga Calva, otorgada por el conde a Porcel de Cervera y a otros, con reserva del noveno de todos los frutos.

    LVIII - Carta-puebla que el conde de Barcelona y el de Urgel concedieron a los habitantes de Lérida.

    LIX - Tratado de paz entre el conde de Barcelona y el rey de Navarra, y capítulos para el matrimonio de la hija de este con el referido conde.

    LX - Donación del castillo y villa de Albalat, hecha por el conde a la santa Iglesia de Zaragoza.

    LXI - Carta-puebla y franquezas concedidas por el conde don Ramon Berenguer a los vecinos de Tortosa, y varios otros documentos sobre usos y costumbres de dicha ciudad, y disputas que esta tuvo con los templarios.

    LXII - Tratado de paz entre el conde de Barcelona y el emperador de España, don Alfonso.

    LXIII - Debitorio de seis mil y cuatrocientos maravedises, firmado por el conde a favor de Guillermo Ibiloci.

    LXIV - Consagración y dotalia de la iglesia de San Juan de Ripoll.

    LXV - Convenio de doña Teresa de Boria con el conde, sobre la potestad de su castillo de Boria.

    LXVI - Concordia celebrada entre el conde de Barcelona y los religiosos del Templo, sobre los castillos de Boria y Magallon, y algunos otros bienes que habían sido de Pedro Teresa.

    LXVII - Sentencia dada por el tribunal del conde en el pleito que seguían los religiosos hospitalarios con Umberto de Basea, sobre la partición del feudo de Montesquiu.

    LXVIII - Donación del castillo de Gallifa, hecha a favor del conde por Pedro de Massanet.

    LXIX - Donación de la tercera parte de la ciudad y territorio de Tarragona, otorgada por el arzobispo Bernardo a favor del conde don Ramón Berenguer.

    LXX - Dotalia de la Santa Iglesia de Tortosa.

    LXXI - Sentencia dada en el pleito que el arzobispo y clero de Tarragona seguían contra Roberto y Guillermo de Aguiló.

    LXXII - Carta de protección, otorgada por el conde a favor de la iglesia de Ullá.

    LXXIII - Testamento de la reina doña Petronila, con el que instituyó heredero de sus estados al hijo que había de nacerle, dejando empero el usufructo al conde su marido para mientras viviese, y la propiedad para el caso de que dicho su futuro hijo falleciese sin dejar sucesión.

    LXXIV - Escritura con la que Guillermo Ça-Noguera y su mujer María cedieron al conde el señorío de los bienes que poseían en Santa María deCornellá y San Juan Despí.

    LXXV - Donación de Santa María de Moyá, otorgada por el conde a la iglesia de Santa María del Estañ, con retención de un mercado y feria que estableció en dicho pueblo.

    LXXVI - Donación de un campo en el término de Vilamejor, hecha por el conde a Arnaldo Pérez y a su mujer Ermesinda.

    LXXVII - Donación del castillo de Mirabet con todos sus términos, que acababa de conquistar el conde, otorgada a favor de los religiosos del Templo.

    LXXVII - Venta de la tercera parte de la ciudad de Tortosa, que pertenecía a los genoveses, otorgada por estos a favor del conde, por precio de diez y seis mil seiscientos maravedises, aunque con retención de la isla de San Lorenzo y estipulando a su favor varios privilegios.

    LXXIX - Donación de la villa de Godall, hecha por el conde a Guillermo de Copons.

    LXXX - Donación de Patirella, hecha a don Ezo por don Sancho, rey de Navarra.

    LXXXI - Homenaje y juramento de fidelidad que prestaron al conde de Barcelona los magnates del vizcondado de Bearn, por muerte de su vizcondesa Guiscarda.

    LXXXII - Concesión en feudo del castillo y términos de Flix, hecha por el conde a Bonifacio de La Volta.

    LXXXIII - Promesa que Guillermo Fortuñ hizo al conde, de presentarse y estar a derecho por su señorío de Villafortuñ, siempre y cuando fuese requerido.

    LXXXIV - Remisión de algunas prestaciones a que estaban sujetos los vecinos de San Julián de Vallfogona, otorgada por doña Almodis,vizcondesa de Bas.

    LXXXV - Escritura con que el conde cedió a favor de San Jaime de Frontañá el señorío de todos los bienes que aquella iglesia poseyese en el término de Ripoll.

    LXXXVI - Debitorio de setecientos maravedises, firmado por el conde a favor de Guillermo Leterico.

    LXXXVII - Relación que hizo don Lope,obispo de Pamplona, de cuanto había practicado para que fuesen resarcidos al conde de Barcelona los daños que le había causado don Sancho de Navarra, por lo que se había entregado en rehenes a dicho conde, sometiendo el negocio a la decisión del arzobispo de Tarragona y obispo de Lérida.

    LXXXVIII - Sentencia dada en el pleito que Poncio, abad de San Juan, seguía contra Raimundo de Maurella.

    LXXXIX - Venta del castillo de Guardia con toda la montaña de Monserrat, hecha a favor del conde por Berenguer Ça-Guardia, hijo del vizconde Reverter.

    XC - Bula del papa Adriano 4°, aprobando las donaciones y concesiones hechas por el conde a los religiosos del Templo.

    XCI - Convenio celebrado con el conde por el emperador de España don Alfonso y sus hijos don Sancho y don Fernando, sobre el repartimiento del territorio ocupado por los moros, y de los estados del rey de Navarra, don García.

    XCII - Recibo de varios ornamentos y libros de liturgia pertenecientes a San Martín de Estopañá, que fueron entregados a Poncio por Guillermo de Agela.

    XCIII - Donación de tres partes de Flix, otorgada por el conde a favor de Bonifacio y de su hijo Gasqueto.

    XCIV - Donación de Cuevas de Remolins, Sena, Sijena y otros territorios que debían conquistarse de los moros, hecha por el conde a los religiosos hospitalarios.

    XCV - Concordia para terminar las cuestiones que se habían suscitado entre el conde y el rey don Sancho de Castilla, sobre los estados de Zaragoza y Calatayud.

    XCVI - Ratificación que hizo el obispo de Pamplona, de estar en rehenes en poder del conde; y promesa de escomulgar al rey y reino de Navarra, luego que hubiese vuelto a su silla, hasta que fuese indemnizado dicho conde y le fuesen devueltos a él sus castillos, por los cuales prometió ser fiel a don Ramón Berenguer.

    XCVII - Donación de las villas de Roncesvalles, Urruoz y Ovano, con una heredad en Galipienzo, hecha por el conde a García Moravid.

    XCVIII - Sentencia dada en el pleito que Poncio, abad de San Juan, seguía contra Galceran de Sales.

    XCIX - Sentencia dada por el tribunal del conde, en el pleito que éste tenía con Pedro de Puigvert, en la cual se hace mérito de las espediciones militares del conde a Lorca, Narbona y Aragon, y del asesinato de don Ramón Berenguer Cap d´Estopa.

    C - Otra larga relación del obispo de Pamplona, en la que manifiesta lo mucho que había trabajado en favor de las indemnizacíones debidas al conde de Barcelona por el rey de Navarra don Sancho.

    CI - Juramento de fidelidad que Alberto de Petra prestó al conde por el castillo de Rocamur.

    CII - Homenaje que Guillerma y su marido Bernardo de Vilar prestaron al conde por el castillo de Petra.

    CIII - Ampliación del homenaje que antecede, hecha por los mismos otorgantes.

    CIV - Juramento de fidelidad que Berenguer Reverter prestó al conde por el castillo de Guardia y montaña de Monserrat.

    CV - Carta-puebla de Monforte, con la que fueron concedidos a sus vecinos los fueros de Zaragoza.

    CVI - Carta dotal que Parason,juez de Arborea, otorgó a favor de su mujer Agalbursa, sobrina del conde de Barcelona.

    CVII - Venta de la mitad del molino de Abadenc, situado en la parroquia de San Vicente de Junqueras, otorgada por Bernardo Pedrós y su mujer Pereta a favor del conde.

    CVIII - Donación de la cuarta parte del molino de Susgiter, hecha por el conde a Raimundo de Torredella y a su mujer Geralda.

    CIX - Donación en feudo del castillo de Pratella, otorgada por el conde a favor de doña Ezo y sus hijos.

    CX - Declaración del anciano Bernardo Echardo, en la que se hace mérito de algunas rentas que pertenecían a los condes de Barcelona, y del asesinato de don Berenguer Cap d´Estopa.

    CXI - Empeño del dominio y derechos que percibía el conde en Prats y parroquia de San Justo, otorgado a favor de Guillermo Mainardo por la cantidad de dos mil y quinientos maravedises.

    CXII - Enfeudación del castillo de Guardia, hecha por el conde a favor de Berenguer de Guardia, hijo del vizconde Reverter.

    CXIII - Sentencia dada por el arzobispo de Tarragona, san Otaguer (Olaguer), y otros magnates, sobre las injurias y otros agravios que el conde decía haber recibido de su veguer Berenguer.

    CXIV - Sentencia con que se decidieron las cuestiones pendientes entre el abad de San Cucufate y Raimundo Pérez de Bañeres.

    CXV - Juramento de fidelidad que Beltran de Canals prestó al conde por su casa y fortaleza de Canals.

    CXVI - Cesión de las dos terceras partes del dominio del castillo de Cabra, otorgada por el monasterio de San Martín de Albengena, a quien pertenecía dicho castillo antes de la invasión de los moros, a favor del conde de Barcelona, que lo había reconquistado.

    CXVII - Reconocimiento que Pedro de Barcelona hizo a favor del conde, por todos los bienes que habían pertenecido a Pedro Ricart.

    CXVIII - Reconocimiento de vasallaje, con obligación de pagar un censo anual de un cerdo o tres dineros, otorgado por Guillermo Dezplá a favor del conde.

    CXIX - Donación en feudo del castillo llamado Deus-lo-vol, y por los moros Mezimeeger, otorgada por el conde a favor del arzobispo de Zaragoza.

    CXX - Concesión de un terreno para edificar, situado en el mercado y junto al río de Gerona, otorgada por el conde a favor de Pedro Balma, con obligación de pagar un censo de doscientos cerdos o seiscientos dineros cada año.

    CXXI - Debitorio de seis mil y setecientos maravedises, firmado por el conde a favor de Guillermo Leterico.

    CXXII - Otro debitorio de seis mil maravedises, firmado también por dicho conde a favor del mismo Guillermo Leterico.

    CXXIII - Licencia del conde a Bernardo Folch para construir un molino en los términos de Piera, Bedorch o Cabrera, con la obligación de que perteneciesen al conde la mitad de las rentas que produjese dicho molino.

    CXXIV - Reconocimiento de vasallaje que Juan de Gron hizo a favor del conde, en testimonio de gratitud por cierta donación que dicho conde lehabía hecho.

    CXXV - Reconocimiento de vasallaje hecho a favor del conde por Poncio de Palou, y promesa de pagarle cada año un cerdo o cuatro sueldos de moneda barcelonesa.

    CXXVI - Venta de una casa en el arrabal de Barcelona, otorgada por Calvet a favor del conde.

    CXXVII - Breve dirigido al conde por el papa Adriano , en recomendación del obispo e iglesia de Huesca.

    CXXVIII - Bula del papa Eugenio , concediendo varias gracias a los que acompañasen al conde en la guerra contra los infieles.

    CXXIX - Bula del sumo pontífice Adriano , previniendo a los arzobispos de Tarragona y Narbona que apremiasen con censuras eclesiásticas a los que de cualquier modo hostilizasen al conde, dando directa o indirectamente ayuda a los sarracenos.

    CXXX - Otra del mismo pontífice, aprobando la cesión que los caballeros del Santo Sepulcro, hospitalarios y templarios habían hecho al conde, de la parte del reino que les había dejado don Alfonso el Batallador.

    CXXXI - Breve del papa Eugenio 3°, exhortando al Conde de Barcelona a que haga las paces con G. (García), duque de Pamplona.

    CXXXII - Convenio con que el abad de Ripoll, el de San Saturnino y algunos otros personajes prometieron estar a lo que dispusiese el conde en el negocio de Ripoll.

    CXXXIII - Bula del papa Anastasio 4°, confirmando las gracias concedidas por Eugenio a los que acompañasen al conde de Barcelona en la guerra contra los infieles.

    CXXXIV - Otra del sumo pontífice Adriano , declarando que nadie pudiese escomulgar al conde sin espreso mandato de Su Santidad o de su legado á latere.

    CXXXV - Otra del mismo pontífice, confirmando la escomunion pronunciada por Eugenio contra un conde Gaufredo, por delito de adulterio.

    CXXXVI - Escritura de fianza, otorgada por Raimundo Ademaro con sus castillos de Finestres, para el cumplimiento de las obligaciones contraídas por Guillermo, conde de Besalú.

    CXXXVII - Carta de Guillermo, patriarca de Jerusalén, y Pedro, prior del Santo Sepulcro, dirigida al conde, anunciándole la cesión que habían otorgado a su favor.

    CXXXVIII - Donación de varios derechos y castillos, entre ellos el de Ceboller, otorgada por el conde a favor de Pedro de Estopañá.

    CXXXIX - Franquezas concedidas por el conde y ratificadas por Guillermo Raimundo Dapifer a los habitantes de Tortosa.

    CXL - Convenio entre los condes de Barcelona y Urgel, en que el primero cede al segundo la tercera parte de la ciudad de Lérida para cuando fuese conquistada.

    CXLI - Convenio con que el conde se obligó a dar a los genoveses la tercera parte de lo que conquistase, a cambio de los ausilios quo debían prestarle.

    CXLII - Carta de Reverter, vizconde de Barcelona, a su señor el conde y rey de Aragon, haciéndole mil protestas de amor y fidelidad, y noticiándole que le enviaba a su vasallo Roberto para el arreglo de ciertas cuestiones que tenían entre sí acerca los feudos de Granera y Piera.

    CXLIII - Juramento con que don Fernando, rey de León y dominador de Galicia, se obligó a ayudar a su tío el conde de Barcelona para la defensa de sus estados.

    CXLIV - Promesa que los genoveses hicieron al conde, de ayudarle con su ejército y armada en el sitio de Tortosa y conquista de las Baleares, y de cederle las dos terceras partes de cuanto conquistasen por sí solos desde el Ebro hasta Almería, facilitándoIe además cuantas máquinas se necesitasen para la guerra.

    CXLV - Sentencia dada en Barcelona por el arzobispo de Tarragona y otros magnates, dirimiendo las disputas y pleitos que el conde tenía con Bernardode Anglesola.

    CXLVI - Otra sentencia dada por la corte de Barcelona, decidiendo las cuestiones que el mismo conde tenía con Galceran deSales.

    CXLVII - Otra para decidir el pleito que vertía entre el conde y Guillermo Raimundo Dapifer, con motivo de las partes que se habían señalado en Tortosa a los genoveses y a los religiosos templarios.


    CXLVIII - Cambio que hizo el conde con Sancha y su hijo Bernardo de Belloch, de unas casas que tenía establecidas a Guillermo Taberner, situadas en la plaza de la ciudad de Barcelona, por otros que dichos madre e hijo poseían en el foso del castillo nuevo, junto al muro de la ciudad.

    CXLIX - Dibitorio de seis mil setecientos maravedises, firmado por el conde a favor de Guillermo Leterico.

    CL - Traslado de una escritura en que se hace una larga relación de lo ocurrido en Aragón y Navarra entre los reyes don García Ramírez y don Ramiro el Monje, con varios magnates de uno y otro reino, para la elección de rey después de la muerte de don Alfonso el Batallador en la batalla de Fraga.

    CLI - Carta de Pedro, rey y juez de Arborea, a su cuñado el conde, en la que se trata de la espedicion que este proyectaba contra Mallorca.

    CLII - Carta del obispo de Barcelona al conde, pidiéndole que amparase al abad de Vall-laura en los daños que estaban causando a dicha iglesia los vecinos de Montagut.

    CLIII - Otra del conde de Barcelona, pidiendo al maestre de los templarios que le enviase diez religiosos, a quienes dotaría competentemente, para la fundación de la orden en sus estados.

    CLIV - Los cónsules de Pisa escriben al conde, pidiéndole la continuación de la buena amistad y alianza en que siempre habían estado, y que no deje entrometer a los genoveses en el asunto de las Baleares.

    CLV - Carta del conde al emperador don Alfonso, prometiéndole no invadir las tierras del rey de Navarra, y rogándole que envié a su hijo don Sancho al frente del ejército, para acordar juntos los medios de combatir a los enemigos de la Cruz.

    CLVI - Otra de Raimundo de Molnell al conde, aconsejándole algunas medidas para mejorar el deplorable estado de las salinas de Tarascona.

    CLVII - Reverter, vizconde de Barcelona, escribe al conde, protestando de su adhesión, y quejándose de los daños que, según decía, se le habían causado en su honor de Guardia.

    CLVIII - Juramento de fidelidad prestado al conde de Barcelona por el de Ampurias, Ponce Hugo.

    CLIX - Homenaje que prestaron al conde los vecinos de Jaca y otros pueblos de Aragón.

    CLX - Juramento de fidelidad al conde, prestado por Guillermo de San Martín.

    CLXI - Memorial de los daños que Berenguer Miron había causado a su señor el conde en diferentes lugares.

    CLXII - Donación de los castillos de Monzón, Ceboller y otros, otorgada por el conde a favor de Pedro de Estopañá.

    CLXIII - Venta de la mitad de ciertos edificios situados en la plaza del mercado de Barcelona, otorgada por Calvet a favor del conde.

    CLXIV - Promesa del conde a Bernardo Ug, de no entregar a otro la encomienda del castillo de Castellet.

    CLXV - Testamento sacramental del conde don Ramon Berenguer 4°.

    CLXVI - Donación del reino de Aragón, otorgada por la reina viuda doña Petronila a favor de su hijo Alfonso.

    CLXVII - Testamento de doña Petronila.

    CLXVIII - Testamento de don Alfonso II de Aragón, hijo de don Ramón Berenguer y doña Petronila.

    Fin del índice.